Queridas mujeres del mundo: ¿sois de las que os cuesta decidir entre tampones, compresas o copa? ¿O sois de las que hacéis el combo tampones para el verano, compresas para dormir? ¿Habéis caído en el encanto de la copa que lo arrepaña tó? Sea como sea, ahora tenéis una nueva opción: NO HACER NÁ.
Exacto. Esta técnica milenaria se llama free bleeding y consiste, básicamente, en dejarte ir cuando tienes la regla. Literalmente. No utilizar ningún tipo de retención ni de container ni nada, simplemente ser mujer en todas partes, todo el tiempo.
Por muy tentador que este suene, amigas mías, debo advertiros de las consecuencias: no es tan fácil como parece.
Primero, debemos CONTROLAR NUESTROS MOVIMIENTOS PÉLVICOS para identificar cuando el flujo está bajando y detenerlo. Vamos, que tienes que ser una ninja de la regla y escuchar tu cuerpo para cuando sientes ese “que viene, que viene” puedas ir corriendo al baño más cercano como si te fuera la vida en ello.
También tenéis la opción de no escuchar a vuestro cuerpo y cuando llegue llegó. Os vais a dar cuenta, eso seguro. Eso sí: armaos de valor y de paciencia, porque ir por ahí con la mancha de la regla todas sabemos lo incómodo que es. Más de vez nos ha pasado que nuestra amiga roja viene a visitarnos en el peor momento (en clase, en el trabajo, en una cena, en tu primera cita…) y nunca es bienvenida. En ese momento entramos en pánico y recurrimos al “¿tienes un tampón?” entre susurros, avergonzadas.
Y yo me pregunto: ¿por qué hacemos esto? ¿Por qué es tan vergonzoso que nos baje la relga? ¿Acaso hay que esconderse? Este es el espíritu que se esconde detrás de la técnica del free bleeding.
Aunque evidentemente no es una técnica nueva, sí que ha resurgido con fuerza desde el 2014, cuando fue utilizado como burla hacia las feministas, sembrando la idea de que los productos de higiene íntima eran una opresión del patriarcado. Bueno, adivinad qué: TENÍAN RAZÓN. Lo que pretendía ser una burla, acabó convirtiéndose en un slogan. Pensadlo: ¿a quién le molesta la regla: a nosotras o a los demás? Si todas estuviéramos de acuerdo en que tener la regla no es un problema y lo viéramos como algo natural, tampoco pasaría nada. Nos ahorraríamos tener que sentirnos avergonzadas cada vez que viene y no contamos con ella.
Esta técnica es como dejar de usar sujetador: al principio cuesta y te sientes incómoda, pero te acabas dando cuenta de que es mega liberador.
Y si no va contigo, siempre puedes volver a ponértelo.
