Qué bonita la Navidad, ¿eh? Las luces en las calles, el árbol en casa de tus padres porque en la tuya no puedes ponerlo o los gatos lo destrozan, los regalitos, la comida casera, el turrón. Todo parece idílico, pero NO.

A medida que he ido cumpliendo años y acumulando experiencias vitales, me he dado cuenta de un pequeño detalle: la gente te va a criticar por cualquier cosa, sobre todo la familia y esos amigos de toda la vida que en el fondo te caen un poco como el culo. Si estás opositando, juzgarán tu vida. Si acabas de dejarlo con tu novio de toda la vida, tendrán algo que objetar. Si empiezas a salir con un tío nuevo maravillosísimo, te soltarán alguna burrada. Si te casas, opinarán de buen rollo pero en el fondo dirán mierdas. Si tienes un hijo, te tocará aguantar comentarios sobre la maternidad sí o sí. Es el ciclo de la vida.

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Hoy, como buena persona, os vengo a advertir de todas esas frasecitas que las madres tenemos que comernos con patatas en las cenas navideñas. Por si dudáis, son comentarios que yo he vivido en primera persona junto a las aportaciones de amigas mías que también son madres. Hay para todos los gustos, así que chupito si te sientes identificada.

  1. ¿Pero ya tiene 1 año? ¿Y no habla todavía? El hijo de tu hermana a esa edad no paraba de decir cosas.
  2. ¿Y por qué no vistes a la niña con ropita rosa o con más vestiditos? Es que así va a salir marimacho total.
  3. ¿Por qué no le cortas el pelo al niño? Parece una niña.
  4. ¿No es muy calladito el niño? Igual deberíais llevarle al psicólogo.
  5. ¿No es muy movidito el niño? Igual deberíais llevarle al psicólogo.
  6. Ya va siendo hora de perder los kilitos extra del embarazo, eh…
  7. ¿Y para cuándo un hermanito? Ya sabes que los hijos únicos tienen muchas carencias.
  8. Menudas ojeras tienes. Se nota que no duermes.
  9. ¿Y para la gripe le das (inserta aquí cualquier fármaco recetado por el pediatra)? Mejor algo homeopático, que los medicamentos son veneno.
  10. Joder con la baja por maternidad eh, vaya suerte estar todo el día tirada en casa haciendo el vago.

Y en ese momento tú te preguntas si es mejor tirarles una gamba a la cabeza, ir al baño y hacer el harakiri en un momento, soltarles algún comentario cortante, o sonreír y asentir.

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