En ocasiones hay señores que se dedican a endulzar oídos, pero luego hay un subgénero que se piensan que hacen poesía cuando en realidad solo dan pura grima.

Siento haceros esta putada, porque después de leer estos versos de mal gusto, no podréis dejar de pensar que el mundo está lleno de indeseables.

Si algo bueno tiene esto, es que, si escuchas algo similar de tu crush, novio o posible follamigo, ¡huye sin mirar atrás!

Por desgracia confieso que la mayoría de ellos los he vivido en mis carnes, pero otros son de amigas que se quedaron muy traumadas. Después de esto nos dimos cuenta de que necesitábamos nuevas compañías, querernos más y no permitir que nadie le hable así a una mujer, de ahí la motivación de compartir algo tan vergonzoso.

No os entretengo más, vamos al lío:

Tu boca sabe igual de bien que un porro. No hace falta comentarios. Todas tenemos un pasado e indeseables en nuestras vidas.

Tienes una mirada limpia, como la de mi perro. Yo no digo que el animalico no fuera una ricura, pero comparar a una futura conquista con tu perro, no es algo aconsejable.

Eres la princesa que me la pone tiesa. ¡Menudo alago, Calderón de la Barca! Lo sorprendente es que sepas hacer una rima con esa mente tan prehistórica.

Tienes el culo prieto para todo lo gorda que estás. ¿Te piensas las gordas levitamos o nos teletransportamos? Caminamos, subimos escaleras e incluso hacemos deporte. ¡Qué pena que tu masa cerebral no esté igual de prieta que mi trasero!

Tu vagina es preciosa, me recuerda a la de mi madre. ¿Qué clase de psicópata dice eso? ¿En qué momento puede ser sexy que un hombre compare tu coño con el de otra? Matizo: ¿en qué jodido momento necesitas oír que el tío al que te vas a follar está pensando en el toto de su madre cuando te la va a meter? Os podéis imaginar cómo quedó el asunto.

Gimes como una actriz porno y eso me pone. A ver, cielo, ¿cómo te lo explico? No estoy haciendo una escena, soy una mujer que disfruta y se deja llevar. Si te pone, me alegro, pero no digas esta estupidez porque se ve cae todo el ánimo y quedas de tonto de remate y de pajillero.

Tus labios son sedosos y sexys, seguro que la mamas con intensidad. Claro cariño, y también pego unos mordiscos de la ostia.

Me encanta estar dentro de ti, es como si mi polla estuviera en un parque acuático. Otra vez, ¡sin comentarios! Supongo que el susodicho quería admirar la diversión que suponía estar en mi chichi, pero más ridículo no pudo ser.

Si yo en el fondo soy un romántico, pero veo tus tetas y solo quiero follarte. Mi vida, si llegas a decir “hacer el amor” igual cuela y todo, pero no pretendas conquistar a una mujer que acabas de conocer con algo así.

Tienes una piel tan suave que vale la pena desperdiciar mi semen en ella. ¡Horrible! Ni romántico, ni tierno, ni seductor ni nada. Un poco más y le tengo que dar las gracias por visitar mi local con su miembro viril.

 

¿En qué universo paralelo una mujer se puede sentir alagada y apreciada con semejantes comentarios? Creo que lo único que tiene el haber sacado a la luz estos recuerdos tan oscuros, es que seguro que os habéis reído un rato.