Hace poco leí un estudio psicológico que decía: el corazón pasa por etapas definidas, donde la atracción por el otro depende del idealismo, narcisismo y sinceridad de cada uno.
Okei… ¿qué hay de verdad en esto? Yo creo que me he enamorado más de 3 veces en la vida, ¿no?
Y fue entonces cuando analicé. Me senté tranquila a recordar y rememorar todos los amoríos que he tenido en mi vida, y quizás sí me precipité al decir que me había enamorado más de 3 veces. No significa que te vayas a enamorar 3 veces, puede que solo te enamores una, o 50, pero es fácil identificar qué tipo de amor es el que has vivido o estás viviendo.
Amor Disney:
La primera vez que salí con un chico creí estar enamorada, tenía 17 años y era lo que tocaba, te echas novio, pierdes la virginidad, y crees que ya te vas a casar después de la universidad, jovencita como lo hicieron tus padres. Lo tienes todo bajo control, eres una cría pero te crees adulta, haces planes de novios y hablas de futuro sin miedo. Hasta que conoces a alguien que te hace aterrizar y ves que tú no estás ni enamorada ni leches. Llega él, el típico chico que sabe más que tú, que te aporta mil cosas y caes como una mosca. Te enamoras hasta las trancas, el primer amor, ese que crees invencible, el que va a durar eternamente y que cuando se acaba te arruina la vida.
La realidad te golpea en toda la cara y ves que ni el amor es como lo pintan en las pelis ni que el dolor tras la ruptura dura los X días que tiene que durar dependiendo del tiempo que lleves. MENTIRA. El dolor dura, duele tanto que crees morir, no sabes gestionarlo, te lo han explicado mil veces, lo has visto en mil series, pero eso no te consuela. Hasta que pasa. Acaba el dolor, finaliza el luto. Tu corazón, entero pero con una cicatriz sangrante, te dice que tengas cuidado, y lo tienes.
Amor Blue Valentine:
Las siguientes relaciones son un poco por probar, te diviertes, pruebas con unos y con otros, crees enamorarte, pero sabes que nada volverá a ser como ese primer amor. «No hay prisa», te dices. Y cuando menos te lo esperas conoces a alguien que también lleva un corazón maltrecho, os juntáis, os enamoráis, os cuidáis y os necesitáis. Tú eres su todo y viceversa. No entiendes la vida sin él, no comprendes cómo has conseguido pasar toda tu existencia sin sus besos y abrazos. Tu felicidad y tu corazón dependen de él. Y la vuelves a cagar. Esta vez el realismo no es el causante de la hostia, esta vez lo que te hace cagarla es lo tóxico de la dependencia.
Amor Sorpresa, Sorpresa:
Llegas a la relación por sorpresa, con una mochila cargada de experiencias y vivencias. Te crees la reina del corazón de hielo, y la realidad es que eres un bollito con mil ganas de volver a darlo todo. Has comprendido que en el equilibrio reside la clave de todo. Ni depender de otros ni ser el centro de atención, tienes que quererte y saber querer, quererte bien y querer mejor. Ni los amores que te queman son los verdaderos ni los amores cuerdos son aburridos, aprendes que la mezcla de ambos son el secreto del éxito; que saber escuchar, aprender a comprender, relativizar y recapacitar son tus mejores aliados para conseguir una relación enriquecedora… de las que de verdad podrías comparar con ese true love del que todo el mundo habla.
¿Reconoces alguno?
Autor: Puti Jones.
