Desde el lago de Pin y Pon hasta el Mario World, vamos a dar un paseo por esos juguetes que marcaron mis navidades.
Y cuando digo mías, digo nuestras, porque estoy segura que todas tenemos ese regalito especial del que todavía nos acordamos.
1. En mi pole está el BABY FEBER:
Oh dios mío!!!! El mío era duro y chico, decir esto en alto me está dando que pensar… Miguel Ángel le llamé.
Madre mía, yo que pasé de barbies toda mi vida, me puse a cambiarle de ropita como si me fuera la vida en ello. Creo que en algún momento Miguel Ángel llegó a tener mas ropa que yo.
Ay por dios, ahora me da un poco de miedito al volverlo a ver…
2. Siguiéndole de cerca nos encontramos con la Penique:
¿Os acordáis esas muñecajas que eran casi tamaño real?
Pues ea, una para mi, la ponía de todas las posturas, creo que de ahí saque mi afición al yoga, virginmery que flexibilidad, aunque no le puse nombre… no le cogería tanto cariño y menos mal, porque un día vino una prima a mi casa y la secuestró.
3. Vamos a cambiar de tercio que parece que solo jugaba con muñecas, mi amigo SIMON:
Más reciente y duradero y fruto de la continua negativa de mi hermana a jugar a cualquier juego conmigo, así que nada, jugar con una máquina me pareció una maravillosa idea de contribuir con mi asocialidad.
4. El lago de Pin y Pon:
Sinceramente lo leo, lo recuerdo y lo pienso ¡y no logro entender que atractivo le veía yo a esto!
Pero chica, que estaba imantado para tener bien controladitos a los pinypones… buahh ahora que lo pienso mola un montón.
5. Vamos a ir acabando y no puedo dejar de nombrar ese Pequeño PONY:
Con esa larga melena azul que tenía mas lustre que mi cabellera hoy día, a ver era normal si me pasaba cepillando esa coleta todo el día.
¿Será por eso que ahora no me peino? Vete a saber, cualquier cosa es posible con los traumas infantiles.
Tengo que hacer una mención al que fue el primer amor de mi vida, perdóname Miguel Ángel, pero no fuiste tu….yo descubrí el amor con Mario Bross … ayayay ese bigotito, y ese petito prieto.
Aquí aparte del amor creo fue cuando desencadené mi primera adicción, mí primera e única videoconsola.
Estaba deseando que llegara el sábado para poner a mi fontanero a saltar tuberías, mis padres no me dejaban entre semana, pero si se hubiera sabido en su día una mínima parte de lo que hoy se sabe del mono… ¡estoy segura de que me habrían dejado!
Y de nuevo los traumas infantiles… pero eso es otro tema, aquí lo que importa es que ¡hay recuerdos que se nos quedan grabados y al recordarlos siempre nos sacarán una sonrisa!
¡¡Comparte este post lleno de nostalgia con tus amigas y contadnos vuestros regalos inolvidables!!
