Parece que se han puesto de moda los cuerpos de papis fofisanos.

El cuerpo de un papi fofisano es la tendencia estética masculina de moda ¿Lo sabías? ¡Pues ya te lo digo yo! Hasta alguna de mis amigas ha dicho en la playa este verano «Con algunos papis de estos hasta yo tendría hijos»

¿Y qué significa tener un cuerpo fofisano? Es la mezcla el término fofo («esponjoso, blando y de poca consistencia», o gordito en el argot coloquial) y sano. Es curioso que el número de hombres que corresponden a este canon estético esté bastante generalizado y además está globalmente considerado sexy y atractivo.

¡Ojo! Me parece estupendo que los papis fofisanos tengan su público y se sientan empoderados con su nuevo aspecto de papi.

Me encanta que se acepte y se considere sexy o interesante una persona con un cuerpo generalizado y habitual en nuestra sociedad. Es más, lo prefiero a que se consuman o se vendan como habituales cuerpos que se matan a crossfit.

Lo que no entiendo es lo siguiente: Las madres son las que en muchos casos pasan por un aumento de peso agresivo, un parto, un postparto, una lactancia y soportan durante muchos años la responsabilidad emocional última del nuevo miembro de la familia.

Pero los que tienen el cuerpo sexy e interesante son ellos, los papis.

¿Alguien me explica cual es el término que se utiliza para las mujeres atractivas fofas con sobrepeso que han sido madres?

¡Ah claro, perdona! NO EXISTE.

El único término que podríamos sacar a la palestra es MILF. Y si teneis la oportunidad echad un vistazo  a lo que significa, porque en muchos casos los hombres hablan de MILF cuando la mujer en concreto ni ha sido madre. Suelen ser mujeres de avanzada edad que a pesar de haber sido madres, están delgadas, tienen las tetas bien puestas y parece que jamás cocinaron durante 3 días seguidos.

Las mujeres que tienen exposición mediática paren y al de 4 meses están paseando en la playa como si fueran modelos de Victoria’s Secret.

Pero la realidad es:

Tú estás en tu casa, oyendo hablar de los papis fofisanos, con una mastitis que te jodes, con unas bragas que parecen pañales porque aún la regla no se aclara y con 12kg de más.

Cada vez que tienes 5 minutos libres es para ducharte o cagar, que depende el parto que hayas tenido, puede ser toda una aventura.

Te había llevado muchos años de tu vida tener una relación sana con la comida y te sentías cómoda en tu cuerpo, pero eso se acabó nena, ahora tienes zonas flojas donde no sabías que tenías ni carne.

Y lo mejor de todo es que sabes de sobra que la próxima vez que salgas, habrá alguna mala hiena que te pregunte “¿Ya te has quitado el peso del embarazo?”

Se te ha olvidado que un día te gustó pintar o escribir, porque ahora sólo eres una madre.

Si intentas recuperar tu independencia personal y tu equilibrio mental demasiado pronto eres una madre pésima. Y las únicas partes de tu personalidad que eres capaz de recuperar es cuando le explicas paso a paso al padre de tu hijo, cómo tiene que hacer las cosas, porque se le olvidan de un día para otro. Es normal, porque claro “Él no nació sabiendo”. Pero tu sí nena, tú sí.

Y así pasan los días, pensando que deberías ser la que siempre fuiste y que deberías ser atractiva y sexy cuando en realidad, no tienes ni un puto minuto para pensar en cómo vas a meterte en tus antiguos vaqueros el día que tengas el valor para intentarlo.

Eso si nenas: Jo, ese ese papi fofisano está súper bueno. ¿Y ella? Ella no ha vuelto a ser la misma desde el parto.

M.Arbinaga