Conocí al susodicho en Tinder.

Tenía cara de buena persona, un tío normalito, nada llamativo, pero era muy atento y encantador. Me habló durante tres días hasta que tuvimos una cita en persona y allí pudimos conocernos mejor.

Me contó que hacía muy poco que estaba en plataformas de ligar, que no se le daba nada bien y que prefería siempre quedar en persona. Era de una ciudad a unos 20 minutos, pero prefería quedar con gente fuera ya que tenía un hijo con su ex y estos vivían en su barrio, así que, para evitarse líos o malentendidos, ya le venía bien así.

Esa noche fue todo bien, no nos acostamos porqué terminamos muy tarde de hablar y yo estaba ya bastante cansada, así que me acompañó a mi casa, nos besamos y quedamos en llamarnos al día siguiente.

En la siguiente cita nos acostamos, la cosa fue bien, nada del otro mundo tampoco, pero en general todo era un poco así con él. Arroz con leche.

Yo no le veía futuro más allá de ir quedando para acostarnos, no quería meterme en el fregado de estar con un hombre que no me despertaba la chispa y además tenía un hijo y algo por resolver con su ex. Así que invertimos mucho tiempo en encontrar hueco para tener sexo y al final, como en todo, el roce hizo el cariño.

Cada vez teníamos más citas de pareja que de follamigos, habíamos hablado más de una vez del tema, pero como estábamos a gusto, seguimos viéndonos. Llegó un momento en el que él me pidió exclusividad, no porque quisiera ser mi pareja, si no porque quería acostarse conmigo sin condón.

Me dijo que él ahora solo se estaba viendo conmigo, y que, si a mí me parecía bien, podíamos hacernos analíticas de ETS y si las dos salían bien, empezar a acostarnos sin gomita. Yo le aclaré que no tomaba la píldora ni nada así, no estaba protegida contra el embarazo y no tenía ganas de ser madre, pero me explicó que eso era imposible que pasara.

Me contó que se había hecho la vasectomía poco después de nacer su hijo, tenía claro que no quería tener más hijos y el tiempo le dio la razón. Me aseguró que no había ningún problema y que me lo comentaba solo como sugerencia, que, si no quería o me sentía incómoda, solo tenía que decirlo. Y que, si en un futuro alguno de los dos conocía a otra persona, solo tenía que avisar al otro para que estuviese enterado de que había más relaciones sexuales y poder decidir si entonces prefería seguir teniendo sexo sin condón, o ponérselo o replantear la relación.

En ese momento me pareció muy sensato, así que pedimos hora para hacernos las analíticas y en poco tiempo nos confirmaron que todo estaba bien.

Estuvimos varios meses acostándonos sin protección, que ahora lo pienso y me entra de todo. Gracias a Dios o lo que sea que hay ahí arriba, no me quedé embarazada, porque poco después me enteré de que no tenía vasectomía ninguna.

Empecé a sospechar porque un día le dije en broma que después de tanto meneo, quizás se tenía que revisar, porque si se la habían hecho de las reversibles, era posible que los cablecillos se hubieran vuelto a juntar. Se rió y me dijo que ni de coña volvía a pasar por eso, que bastante mal lo había pasado al DESPERTARSE DE LA ANESTESIA.

Me quedé callada, helada. Una parte de mí, se repetía que quizás su intervención sí que fue con anestesia general por algún motivo, que se debía haber equivocado o que yo estaba viendo sombras donde no las había, pero amiga, cuando la entraña te avisa, escúchala.

Estuve unos días que no sabía qué hacer, porqué si el tío había sido tan ruin de mentirme con algo así, no iba a admitirlo si se lo preguntaba. A él le iba dando largas de quedar y me pareció que empezó a sospechar algo.

Me planteé llamar a su ex, preguntarle, pero eso tampoco garantizaba nada porque él podía habérsela hecho luego a escondidas, y eso destaparía mi plan. No me quedó más remedio que recurrir a la bomba.

Quedé con él en una cafetería y con toda mi cara de ilusión, le dije que había un motivo importante por el que había estado rara: acababa de descubrir que estaba embarazada. 

Se quedó blanco. Me dijo que era imposible que fuera suyo, que él tenía hecha la vasectomía y que le estaba intentando hacer el lío. Se puso muy a la defensiva e insinuó que yo había estado con más personas, que a saber de quién era el niño y que él no iba a cargar con el paquete de otro. Fíjate si lo hizo bien, que empecé a dudar y casi me lo creo, pero ya solo podía huir hacia adelante.

Le dije que a mi también me había parecido raro, que me daba miedo decírselo por si se ponía así, pero que había hecho una prueba de paternidad y coincidía. Le cogí de las manos y le dije que íbamos a ser papás.

Me apartó las manos y se puso nerviosísimo. Le dije que no se preocupara, que de momento hiciéramos frente al embarazo y que después ya denunciaríamos a quien fuera por el fallo de la vasectomía. Le pregunté en qué clínica se la había hecho. No contestó. Solo andaba en círculos entre cabreado y tembloroso.

Yo estaba disfrutando del espectáculo. Cuando por fin se calmó, se sentó y me dijo que no podíamos tener ese bebé. Se puso a llorar y me pidió abortar, no paró de repetir que no estaba listo para ser padre otra vez, que nosotros ni siquiera éramos pareja y que no podía ser. Me hice la afectada durante un rato y finalmente, le miré a los ojos y le pedí que me dijera la verdad. Que solo estaba dispuesta a plantearme abortar si era sincero conmigo. Le pregunté directamente si tenía hecha la vasectomía y después de una pausa eterna, me dijo que no. 

En ese momento me levanté y me fui. Le dejé sufriendo varios días, sin contestar a mensajes o llamadas, él cada vez estaba más nervioso y un día que le cogí el teléfono, le dije que iba a abortar, pero que me lo iba a pagar él. Le saqué 700€ sin ni un ápice de pena o arrepentimiento y le aseguré que me iba a enterar de si seguía contando esa mierda de que tenía hecha la vasectomía, y que como llegase a mis oídos, iba a destaparlo todo y a denunciarle.

Él aceptó todo incondicionalmente, ni siquiera me dijo de acompañarme a abortar o me preguntó cómo estaba. Solo me pidió un mensaje avisándole cuando ya lo hubiera hecho. Después de eso, desapareció.

Sinceramente, no me siento ni un poco mal por lo que hice.

Anónimo