Es un hecho que hay personas con las que encajamos mejor y personas con las que encajamos peor.

También es un hecho que hay personas con las que es muy fácil encajar, mientras que otras parecen una pieza perdida en la caja del puzzle equivocado.

Esto es, a grandes rasgos, lo que me ocurre con mi ex-suegra y con mi suegra: la primera, aunque alguna vez durante mi relación con mi ex hayamos discutido, es una persona muy dulce y empática.

Siempre se muestra comprensiva y sé que a día de hoy, aunque haga años que su hijo y yo cortamos, podemos contar la una con la otra para lo que haga falta porque es de esas personas que tienden la mano sin juzgar jamás.

Por otro lado está mi suegra actual, que si bien no es mala persona, digamos que es un tanto…peculiar. Haga lo que haga y diga lo que diga le parece mal. ¿Es así sólo conmigo? Ni mucho menos, es su forma de ser con prácticamente todo el mundo, pero es cierto que al ser yo su nuera muchas veces me llevo la peor parte, por lo que en más de una ocasión hemos tenido roces.

Lo que más me jode de nuestra relación es que parece ser que ella sí que siente la confianza suficiente en mí como para contarme sus problemas, llamarme incluso en horario de trabajo si le pasa algo y en fin, apoyarse en mí cuando lo necesita: sin embargo, yo nunca he sentido que pueda tener la misma confianza con ella dado que parece juzgar absolutamente todo lo que hago y digo, desde si trabajo o no hasta el orden y la higiene de mi casa.

Pues bueno, resulta que hace poco nos hemos mudado mi chico y yo y casualmente somos casi vecinos de mis ex-suegros, así que raro es el día que no nos encontramos con ellos, y es que aparte de llevarme genial con mi ex-suegra, con mi ex-suegro tengo muchísimas cosas en común y siempre me paro a hablar un rato con ellos. Y mi novio no dice nada, es más, se saludan con muy buen rollo siempre, pero a veces no puedo evitar sentirme mal por él.

Y es que a mí nada me gustaría más que llevarme genial con mi suegra, sentirme parte de su familia, poder contar la una con la otra y por qué no, hacer cosas juntas de vez en cuando. Sin embargo, en cuanto a planes se refiere, ella cuenta antes para cualquier cosa con cualquier compañera del trabajo, vecina o conocida que conmigo.

Y luego está la buena de mi ex-suegra, que si un día comento que me duele la espalda se presenta al día siguiente con un cojín térmico hecho a mano para aliviar mi dolor; y no puedo evitar recordar el día que me dijo, al poco tiempo de cortar con su hijo, lo mucho que me echaba de menos en su vida, y lo que no sabe ella es que tantos años después yo la sigo echando de menos a ella en la mía.

Por una parte puedo decir que tengo una suerte inmensa de poder seguir contando con ella, pues aunque no seamos ya familia sé que puedo considerarla una buena amiga. Me ha demostrado que su cariño hacia mí no se ha limitado al tiempo que compartí con su hijo, sino que realmente me quiere y me valora como persona por encima de las posibles rencillas que pudieran surgir de la ruptura, mientras que mi suegra, bueno…digamos que siento que me tolera, tenemos una relación cordial pero sin más.

Os juro que yo lo he intentado, que he hecho por llevarme bien con ella y por ser comprensiva y cordial, pero si pudiera hacer un intercambio de suegras como mínimo me lo pensaría.

Con1Eme