Ahora que estoy sola en esta casa que un día fue de ambos me doy cuenta de una cosa: me sentía más vacía cuando tú me acompañabas que ahora, que hago frente a los días por mi cuenta.

Dicen que ser soltera no es fácil, sobre todo después de 5 años en pareja. “Ahora tendrás que acostumbrarte poco a poco”, me aconsejaban mis amigas. ¿Poco a poco? ¿En serio? ¡Si soy más feliz que nunca!

He descubierto que contigo, querido exnovio, me sentía como cuando vas a una fiesta en la que no conoces a nadie de esas en las que te quedas en un rincón con una cerveza en la mano y el móvil en la otra. A veces levantaba la cabeza y te veía frente a mí, pero nunca sentía tu compañía.

Recuerdo cuando nos sentábamos en la mesa del salón a cenar y apenas hablábamos, porque todo lo que yo decía era aburrido para ti y tú no querías decir nada porque creías que yo no lo entendería. Tu trabajo era tu vida, pero yo no estaba a la altura para poder comprenderlo. Al fin y al cabo, siempre pensaste eso y yo lo fomenté. Te construí un altar y poco a poco te endiosé, hasta que los cimientos se cayeron por su propio peso.

Ahora soy más yo que nunca. Río sin miedo y he aprendido a mandar a la mierda todo aquello que me hace daño. Sé lo que quiero, sé cómo conseguirlo y no me asusta lo que los demás piensen. No habría podido conseguir esto sin ti, porque conocerte y dejarte fue lo que me hizo libre, madura y valiente.

De toda esta experiencia me llevo una cosa y es que nunca más volveré a estar sola, porque ahora me tengo a mi misma. Soy feliz en mi piel y he descubierto que tener pareja no es una forma de camuflar el miedo a la soledad, sino una decisión consciente y empática. Te quise, pero dejé de hacerlo, y aguanté lo inhumano por miedo a hacerte sufrir. Sufrí yo porque me pareció lo más justo. Ay, qué ilusa.

Nunca más antepondré mis necesidades a las de los demás, porque ahora he descubierto que en la vida quien te quiere te hace sentir acompañado hasta a kilómetros de distancia. Tú no estuviste a la altura ni siquiera cuando te subí a lo más alto del pedestal, así que disfruta la caída, cariño.