Recuerdo tener 17 años y estar llorando amargamente al recibir un nuevo rechazo y tratar de asumir la idea de que al contrario que mis amigas, yo jamás tendría novio. Mi mejor amiga de entonces me abrazó con fuerza y en un intento de consolarme, me espetó con buena intención: ‘no te preocupes, encontrarás a alguien que te quiera por tu interior’.

Ese mismo día, siendo tan solo una adolescente comprendí que siendo gorda solo iba a poder gustar por mi interior, y durante muchos años me lo creí. Aprendí a reprimir mis gustos y preferencias, y esperé a que llegase algún chico que como yo, hubiera optado por olvidarse del físico. Conocí a un par cuando cumplí 20.

Uno de ellos incluso me decía ‘no eres muy guapa pero eres tan buena persona que quiero darte una oportunidad’. Sus frases me hacían daño, no entendía bien por qué, si al fin alguien estaba dispuesto a darme la mano por la calle y con eso ya debería tener bastante. Creo que él ni tan siquiera me gustaba, pero en esos momentos de mi vida hasta eso me daba igual.

Al segundo, ahora que lo pienso, sí creo que le gustaba mi físico, pero jamás lo demostró. Me ocultaba a sus amigos y a su familia. Antes muerto que decirle al mundo que le gustaba una gorda.

Y así llegué a los 25, plenamente convencida de que mi exterior jamás le gustaría a nadie y que sencillamente esa era la vida que me había tocado vivir. Hasta que llegó ella, y sí, es una ella, porque yo soy hetero pero la que le dio la vuelta a mi vida fue una mujer.

Conocí en el trabajo a M, la mejor amiga que alguien pueda tener. Conectamos al instante y sus palabras sinceras, su forma de hablar del mundo me hizo replantearme que quizás todas mis teorías eran erróneas, que yo sí podía gustar tanto por dentro como por fuera, pero que tenía que creérmelo. Y eso hice.

My Mad Fat Diary: Series 3 Episode 3 - Finn and Rae
My Mad Fat Diary: Series 3 Episode 3 – Finn and Rae

No soy la mujer más bella pero tengo mi público, como todas tenemos. Y la sensación de que te deseen por dentro y por fuera es indescriptible. Me da pena no haberla vivido hasta pasados lo 25, pero ahora que le he cogido el gustillo ya no renunciaré nunca a ella.

Gracias a M. por hacerme ver el mundo de otro color y enseñarme a confiar en mi misma. A veces solo es cuestión de aprender a verse como te ven los que más te quieren <3

 

Leticia P.