Hoy vengo a quejarme. Ya está bien señores y señoras ya está bien. Me cago en el maldito Instagram, en el Facebook y en toda la familia de Zuckerberg. En qué bendita hora le dio por inventar los malditos likes.

Sí, los preciosos corazconcitos que tan inofensivos parecen, en el fondo son arma que carga el diablo. ¿Que me estoy volviendo loca? Pues mira puede ser, pero es que estoy hasta el chichi amichis.

Resulta que ahora la gente ha decidido comunicarse a través de corazoncitos, te da likes en fotos y comentarios y tú tienes que enterarte por ciencia infusa que eso significa que le molas, que quiere retomar el contacto contigo, que ya no está enfadado o que quiere que le lleves pan a casa porque se le ha olvidado.

Señores y señoras, las movidas se hablan, menos likes y más decir las cosas a la cara por Dios y por la Virgen.

Además, es que ya no es solo que no nos enteremos es que el escudo perfecto tras el que se cobijan miles y miles de cobardes que no tienen cojones a decir lo que piensan o a levantar el teléfono y decir: «Holi, ¿cuándo nos vemos?»

Y el problema es que no es solo cuestión de likes, ya se nos está yendo de las manos el asunto y ahora también es extensible este tinglado a la siguientes situaciones: cuando ven tu historia de Instagram, cuando se conectan al directo que haces con tu amiga a las 4 de la mañana más pedo que Alfredo, cuando te comentan un post

Vamos a ver, que alguien me lo explique porque no lo entiendo. Yo veo las historias de la gente cuando me duermo, cuando no me sale la caca o cuando estoy esperando en el dentista y resulta que va una detrás de otra, así sí, me has salido aleatoriamente y he visto tu historia pero no por eso significa que te estoy stalkeando ni que quiero casarme contigo o que me des candela.

El asunto de los likes se nos está haciendo bola, os lo digo yo. Y unos se creen que con dar like lo tienen solucionado y la otra persona se va enterar; y otros se piensan que por recibir un like ya está todo solucionado.

Pues no.

Las cosas se hablan, se dicen y se experimentan, que para eso somos humanos y no los hijos bastardos de Enjuto Mojamuto.

Tomémonos más cañas por favor, emborráchemonos más entre amigas y veamos muchas pelis de esas de acabar llorando de la risa. Salgamos de vez en cuando del mundo virtual que poco a poco nos invade para cagarla llamando a tu ex un domingo a las 3 de la tarde, pero por favor, no te metas en su Instagram y le des like.

Imagen de portada: Photo by Jacob Ufkes on Unsplash