Resulta que el pasado viernes teníamos, supuestamente, mi pareja y yo una consulta en la unidad de fertilidad.

Por otros problemas de salud, que estoy controlando con los profesionales correspondientes, tengo un IMC superior a 30, y además tengo ya 39 años.

El IMC por causas que nadie me explica (ni médico de cabecera, ni ginecóloga) me descarta como candidata a TRATAMIENTO de fertilidad, cosa que me comentó la ginecóloga de mi centro de salud. Pero quedó en mandarme igualmente a fertilidad a ver si ellos me podían dar la razón por la cual no me he quedado aun embarazada, que es de lo que se trata, con un diagnóstico de “esterilidad primaria”, (término que tampoco me explican).

Pues allí estábamos, mis ilusiones, mis miedos y terrores , mi pareja y yo, en la consulta. Paso y una enfermera, me mide y me pesa por 3ª vez en lo que va de proceso. Cuando termina me pasa a otra consulta donde el médico esta frente al ordenador, y en el que solo tiene abierta una página con un listado de pacientes y que no vuelve a tocar. Comienza a hablarme, pero mirando a la enfermera, a mi casi ni me mira. Me dice que no soy candidata al sistema de tratamiento de fertilidad de sistema público andaluz por mi peso, que lo siga intentado de forma natural y que no me duerma en los laureles porque tengo ya una edad. Me dice esa frase tal cual y se cruza de brazos mirándome (ahora sí) en silencio.

Yo le intento decir que eso lo sé, pero que yo no voy en busca de tratamiento, sino de respuestas sobre mi cuerpo. Pero no me deja hablar, me corta cuando le digo que habrá soluciones y me espeta (volviendo a mirar a la enfermera) que no soy candidata y que lo único que tengo que hacer es ponerme en manos de un profesional y si pierdo 25 kilos o más, en menos de un año, que llame a un número de teléfono (que me deja caer de mala manera en la mesa). Y que aun así perdiendo los 25 kilos seguiré estando gorda, pero al menos ya seré candidata.

Me bloqueé como persona, no podía hablar, me levanté y me fui de allí conteniendo las lágrimas, sin saber si soy fértil, si mi pareja lo es y si estamos perdiendo o no un tiempo que podíamos invertir en otras formas de paternidad como la adopción, por ejemplo.

Repito, NO IBA BUSCANDO UN TRATAMIENTO, no en primera instancia al menos, simplemente saber de mi cuerpo. Para llegar a esa consulta me habían hecho analíticas y una citología de las que ni siquiera sé el resultado, simplemente por estar gorda. 

Ni siquiera me explicó por qué el peso es determinante como valor médico. Ni siquiera me miró a la cara, ni siquiera abrió mi historia en el ordenador. Esa persona decidió que yo no era más que un bulto grasiento con el que no iba a perder su tiempo.

No he dejado nunca que mi cuerpo me amargara, pese a no estar contenta con él, y este tío consiguió que me avergonzara de mí hasta el punto de no querer salir en 2 días de mi casa y quitarme la foto de mis perfiles. Me hizo pensar que era desagradable para los demás y si sólo fueron dos días es porque afortunadamente cuento con una red de apoyo muy buena y además hago terapia para, entre otras cosas, aceptarme. ¿Qué habría pasado con otra persona que no disponga de esos recursos? ¿Cómo afectaría a otra persona que ser madre es la meta en su vida?… Me da miedo solo pensarlo.

 

Pero ojo, que la gordofobia no existe, es otro lobby que quiere aprovecharse de las buenas gentes.

 

Inma R.