Cada vez es más evidente.

La mujer lleva haciéndole feos a mis hijos desde que le contamos que estaba embarazada.

Aunque debo reconocer que al principio no me daba cuenta.

Sin embargo, ahora es como ese pequeño impacto en el parabrisas, no puedo dejar de verlo.

Y esto no hay empleado de Carglass que lo arregle.

He ido aguantando muchas, pero es que en Navidad se ha lucido, la señora.

Con el histórico de desaires que llevamos no sé muy bien por qué me ha tocado tanto los cojones, que me los ha tocado, pero bien.

El caso es que tardé en caer porque en sus inicios era más sutil.

Cuando nació el tercer hijo de mi cuñada, charlando sobre esto y lo otro, bromeó con que su madre no había tenido en cuenta la subida del IPC para el ingreso inicial de la cuenta del niño.

Hasta aquí, sin problema.

A los hijos de su hijo también les abrió una cuenta cuando nacieron.

Lo que escama un poquito es que a ellos les ingresó la mitad de pasta.

Además de que no volvió a ingresarles nada más cuando, por lo visto, a mis sobrinos les hace un nuevo ingreso en cada cumpleaños.

Y, bueno, me da igual. La movida esa de abrirles una cuenta de ahorro es una especie de tradición familiar extraña que tienen.

Igual lo de beneficiar a unos nietos sobre los otros también es tradición…

En fin, los niños no se van a poner a comparar los extractos bancarios con sus primos.

Borré esa información de mi mente e hice lo que mejor se me da, pasar de todo.

Mis hijos son nietos de segunda para mi suegra

Lo malo fue que a partir de aquel día empecé a ver todo lo demás.

Cuando los hijos de su hija llegan a casa, se los lleva a la cocina y les da una chuche a escondidas. Lo vi una vez por casualidad. Ella se dio cuenta y, acto seguido, llamó a mis niños para darles una a ellos. Desde entonces es más cuidadosa, pero los chavales no son tan discretos y sé bien que lo sigue haciendo.

Mis hijos son nietos de segunda para mi suegra
Foto de Cottonbro en Pexels

Hace unos meses me enteré, de pura chiripa (lo juro), que si el santo o el cumpleaños de mis sobrinos cae en día lectivo, los va a buscar al cole y se los lleva a hacer algo especial. Rollo ir al zoo, a algún espectáculo o algo así (cabe destacar que vivimos todos en la misma ciudad y que el colegio de mis hijos está a 1km del de sus otros nietos).

A los míos les manda un audio de whatsapp y luego me dice a mí que les compre algo de su parte y que me lo paga cuando nos veamos.

Sabe las notas que sacan sus otros nietos, los horarios de sus extraescolares, en qué percentil están y cuándo les toca vacuna.

En cuanto a mis hijos, hace poco se sorprendió de que el pequeño no supiera leer, pues pensaba que tenía un año más de los que tiene.

Siempre he pensado que se debía a que seguro que tiene una comunicación más fluida con mi cuñada que con mi marido. Ahora ya entiendo que será cuestión de simple falta de interés.

Hay mil detalles feos más, pero tampoco me quiero extender.

Teniendo en cuenta que son cosas que pillo cuando estamos todos juntos, no quiero ni pensar en todo lo que se me puede estar escapando.

No obstante, lo que hizo en los pasados Reyes fue la gota que colmó mi vaso.

Normalmente los pasamos con mi familia, pero este año no era posible y mi marido quiso organizar un desayuno con toda la suya en la casa de los abuelos, para que los niños abriesen allí su regalo. SU regalo, en singular. Siempre le dan un regalo a cada uno cuando nos vemos después de Reyes.

Lo cual me parece muy bien, porque odio que los niños se vuelvan locos abriendo un montón de paquetes, que no les den valor y que luego ni recuerden lo que les han dejado.

Mis hijos son nietos de segunda para mi suegra
Foto de Anthony Shkraba en Pexels

Ahora bien, explícales tú por qué ellos tenían un paquete cada uno, y sus primos cuatro o cinco, que perdí la cuenta, la verdad.

Improvisé una excusa que le coló al pequeño y que creo que confirmó las sospechas que ya tenía la mayor con respecto a sus majestades de Oriente.

Así que estoy más que molesta.

Porque no es una cuestión de pasta, joder, la pasta me da igual.

Como me da igual si, de alguna manera, y pese a que mis hijos los adoran, la mujer no puede evitar querer más a unos que a otros.

Lo que no voy a tolerar es que mis niños sufran por ello.

Eso de que ‘Los hijos de mi hija mis nietos son; los hijos de mi nuera lo son, o no’, no me vale.

No me vale como justificación para hacer lo que hace y, como no creo que mi suegra dude sobre la paternidad de su hijo, pienso que no estaría de más que el dicho no aplicase.

Por lo menos cuando los tiene a todos delante.

Coño.

 

Anónimo

 

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