Teniendo en cuenta el estigma y tabú que hay respecto a la sexualidad femenina, no es de extrañar que abunden los mitos y falsas creencias sobre la vagina. No sé vosotras, pero yo estoy hasta las narices de que ocultemos nuestras partes nobles como si fuesen el Arca Perdida de Indiana Jones. Tampoco es plan de ir enseñándola a diestro y siniestro, pero no te vas a morir por ponerte un espejo en frente de la parrusa y conocerte un poquito mejor vaginalmente hablando. Por eso hoy he venido a desestigmatizar falsas creencias sobre nuestro querido coño.

 

Si follas mucho pierde firmeza.

Nuestra vagina es mucho más resistente de lo que creemos. Si es capaz de acomodarse y recuperar su tamaño habitual después de parir un bebé de casi 4 kilos, imagínate lo fácil que le resultará contraerse tras una noche de sexo regulero con un rabo de tamaño mediocre.

Aun así, nuestros músculos van perdiendo elasticidad con la edad. Por eso es muy importante realizar los ejercicios de Kegel.

Si follas con un tampón, puedes perderlo dentro de tu vagina.

¿Pero qué te crees? Ni que tu coño fuera el bolsillo de Doraemon. El tamaño medio de la vagina es de 6 a 8 centímetros, así que siento decirte que las posibilidades de perder un tampax dentro son inexistentes.

Las duchas vaginales son buenas.

Cuando tenemos una cita, todas nos lavamos el chirri para que quede como una patena. Eso sí, que no se te ocurra hacerte un lavado o ducha vaginal, porque corres el riesgo de desequilibrar tu pH y matar las bacterias buenas que protegen ese nidito de amor.

Mejor utiliza un gel suave para enjuagar la parte superficial y deja tu interior como está.

 

Por sanidad es mejor depilarse.

Donde hay pelo, hay alegría. Nuestro vello púbico nos protege frente a infecciones, y son numerosos los casos de mujeres que tras depilarse pillan hongos con una facilidad pasmosa.

No voy a entrar en los argumentos casposos, machistas y retrógrados como que somos unas vagas por no depilarnos, que da asco (anda que no me he tragado yo pelos de los huevos de tíos…) y que parece más bonito sin pelo. Chaval, te estás follando a una mujer de 30, no a la Barbie de tu hermana.

La vagina no debe oler a nada.

Un coño huele a coño. Que no nos vendan la idea de que eso no huele a nada porque a algo tiene que oler, y no pasa nada por ello. Ese ligero olor dependerá también de tu ciclo menstrual, tu dieta, tu actividad física, el sexo, etc.

Otra cosa es que eso huela fuerte y mal o que tenga un color y/o consistencia extraño. Vigila tu flujo, es un indicador muy fiable de tu salud vaginal.

Todas las mujeres son capaces de realizar un squirting.

Todas las mujeres podemos eyacular, solo que algunas son capaces de hacerlo con mayor intensidad y otras con menor. Esto se puede deber a lo ejercitado que tenemos el músculo pubococcígeo y a que parte del fluido que expulsamos se dirige hacia la vejiga (y por eso sólo sale un poquito hacia el exterior, fácilmente confundible con la lubricación).

Señores del programa “Cazadores de mitos”, si hacéis un capítulo sobre el coñamen, enviadme un WhatsApp y yo lo presento.