No me fío de la gente que se deja los vaqueros puestos en casa.

Ya está, ya lo he dicho.

¡No me fío!

Es que no es normal, no puede ser.

A ver, si son elásticos… o tipo leggins… Hhhmmmmm… Venga, aún tendría un pase.

Pero ¿estar en casa con unos vaqueros rígidos, de los de toda la vida?

¿Por qué? ¿Qué necesidad hay?

Estás en casa, puedes estar cómod@.

¡Quítatelos, hombre, por dios!

No me fío de la gente que se deja los vaqueros puestos en casa

Ya que te pones las zapatillas, aprovechas y te cambias el pantalón.

Porque esa es otra, la peña que no se descalza o no se pone las zapatillas de andar por casa en cuanto llega, no es de fiar.

En el gimnasio, las deportivas.

Para la piscina, las chanclas.

Si vas de excursión al monte, unas chirucas.

Y en casa, las zapatillas.

¡Lo sabe todo el mundo! Hay un tipo de calzado para cada ocasión y hay que usarlos cuando toca.

Si no te puedes permitir tenerlos todos, hazte con unas Crocs y listo. Valen para todas las situaciones anteriores y para alguna más, también.

Ay, reconozco que igual soy tan rarita como intransigente. Pero lo cierto es que hay muchas cosas y comportamientos que me escaman, además de los concernientes a la indumentaria en el hogar.

No me fío de la gente que se deja los vaqueros puestos en casa ni de la que limpia cuando están aburrida…

"No

Por ejemplo, no me fío de las personas que, cuando no tienen nada que hacer, se ponen a limpiar.

Buah, es que… ¿en serio?

Así, a bote pronto, se me ocurren tres millones de cosas mejores que hacer.

Leer, ver una serie, completar sudokus, jugar al Candy Crush, mirar al techo, depilarse el toto pelo a pelo con unas pinzas… Cualquiera de esas actividades se me antoja más apetecible que limpiar.

No lo puedo comprender y, por tanto, me provoca desconfianza.

¿Qué se les pasa por la cabeza?

No. Eso de que en algún momento habrá que pasar el aspirador o limpiar el inodoro no me vale. Especialmente si te da por hacerlo a la mínima que tienes un momento de asueto.

Otra cosa, la peña que hace ejercicio y no suda.

¿Hola? ¿Sois humanos?

No me fío de ellos.

Si haces deporte tienes que sudar, si estás a más de veinticinco grados y te mueves mínimamente, debes transpirar. Cuando haces un esfuerzo físico prolongado tienes que mojar la camiseta.

Si ha pasado un verano desde que te conozco y aún no te he visto sudar, no me fío de ti.

Esta chica me cae bien

No me fío de la gente que se deja los vaqueros puestos en casa ni de la que en el cine no se pide palomitas…

Una más, aunque esta reconozco que es bastante personal.

No me fío de la gente que va al cine y, pudiendo permitírselo, no compra palomitas.

Me da igual si se toman unos Chaskis, unas chuches o si se han llevado de casa un tupper de croquetas. Lo siento, en el cine se toman palomitas.

Las palomitas en el cine son como en casa las lentejas, si quieres las tomas, y si no, las dejas. Pero nada de alternativas chungas.

Ah, si eres de los que compra las de colores, tampoco me inspiras confianza.

Si es que esto de la desconfianza a veces es muy contradictorio y puede que algo que a priori debería inspirar seguridad, resulte inducir todo lo contrario.

Como la gente que señaliza la entrada en las rotondas, eso es bueno. ¿No?

No me fío. Al salir, sí, claro. Pero ya sabemos que estás entrando en la maldita glorieta, déjate de lucecitas. Intermitente arriba, volante, espejo, volante, intermitente abajo, volante… Qué estrés. Me da mal rollo.

Otro ejemplo de acto aparentemente inocuo que me da resquemor, el de llevar siempre encima cualquier cosa que pueda llegar a ser necesaria. Cualquiera.

Como esa amiga que sabes que, le pidas lo que le pidas, lo lleva en el bolso.

La amas por ello, pero, por otro lado, te da que pensar.

¿Pañuelos de papel? Lleva.

¿Compresas, tampones? Lleva.

¿Paracetamol, ibuprofeno? Lleva.

No me fío de la gente que se deja los vaqueros puestos en casa

¿Bragas de repuesto? Lleva.

¿Cargador USB con varios tipos de clavijas? Lleva.

¿Destornillador? Lleva.

¿Esparadrapo? Lleva.

¿Un condensador de fluzo? Lo tiene también.

Joder, amiga ¿por qué? ¿Qué experiencias has tenido para que siempre vayas así de preparada?

Me asusta.

 

No me fío de la gente que se deja los vaqueros puestos en casa ni de la que no se fía de su pis…

Y, venga, ya para finalizar.

No me fío de la gente que lleva al médico o al laboratorio los botes con muestras de orina envueltos en papel higiénico, envuelto a su vez en papel de aluminio, dentro de la bolsa en la que venía el tarro, dentro de otra bolsa del Mercadona que va dentro de una bolsa más gruesa, cerrada con un nudo doble y dentro de una bolsa de tela de Misako.

Chica ¡que no se va a escapar!

No se fían de esos botes y a mí me escama ese exceso de cuidado…

¡No me fío!

 

 

Y tú ¿de quién no te fías?

Y lo más importante ¿te quitas los vaqueros al llegar a casa o no eres de fiar?

 

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