Este es un mensaje para ti, que estás sufriendo porque tu ex es un capullo pero te sientes responsable de su malestar: mándale a tomar por culo.

Pongámonos en situación… Sales con un tío que te hace sentir infeliz. Aguantas lo inaguantable. Ejerces el papel de madre-psicóloga-salvadora hasta que te das cuenta de que no estás arreglando sus rotos, sino que te estás rompiendo tú. Te sientes culpable pero al final te das cuenta de que lo mejor que puedes hacer es cortar de raíz esa relación, pero como el chaval lo está pasando muy mal le dices que podéis seguir siendo amigos. Se empieza a poner pesado. Quiere volver contigo. Te promete cambiar. Empieza a escribirte todos los días. Si se encuentra con algún amigo tuyo, le interroga para saber con quién sales, dónde estás o qué es de tu vida. Seamos honestas, quiere saber si te estás follando a otro porque es incapaz de admitir que la relación se ha ido a la mierda porque él es una persona horrible. Es más fácil culpar a una tercera persona. Tú estás agobiada porque “pobrecito, se lo he hecho pasar tan mal dejándole”, así que sigues y sigues aguantando. Le has dado la mano y te ha agarrado del brazo, del hombro y si me apuras hasta del cuello. TÍA, BASTA.

No le debes nada a tu ex. ¿Me oyes? ¡Na-da! Sí, lo está pasando fatal por la ruptura, pero tú también has tenido que aguantar lo inaguantable y ahora tienes que ser egoísta y mirar por tu bien. Seamos realistas, lo que necesitas ahora mismo es alejar a esa persona de tu vida sin miramientos, reparos ni culpabilidad.

Probablemente estarás pensando “¿Qué dirán los demás de mí? ¿Quedaré como la mala? Encima de dejarle ahora corto todo el contacto con él?”.

  • Punto número 1. Si los demás piensan que eres la mala, es que los demás son los malos. Si juzgan tu decisión sin conocer tu versión de la historia, es que esas personas son una mierda y no las necesitas en tu vida. Te harán un favor alejándose de ti.
  • Punto número 2. Ellos en tu situación harían lo mismo. En serio, nadie aguanta tanto sin quebrarse.
  • Punto número 3. El hecho de ser la “persona que deja” no implica que tengas que aguantar todo, flagelarte, desnudarte y ser apedreada como Cersei en Juego de Tronos. Tienes derecho a seguir con tu vida y a mirar por tu bienestar psicológico.

Por eso querida amiga mía, de corazón te lo digo: manda a tu ex a la mierda en barca y pídele que no vuelva.