Voy a empezar dando un mensaje muy claro: no todos los celos que sentimos son porque tenemos que gestionar algo en nosotras. Y punto. Está muy guay el rollito este new age moderno de que los celos son inseguridades propias, falta de autoestima etc. En la mayoría de los casos es así, y está claro que cuanto más trabajemos nuestro crecimiento personal mejor estaremos.

Pero los celos son una respuesta del cerebro que lo que busca todo el rato es sobrevivir. Y señoras, amigas, hermanas, en muchas ocasiones tenemos celos porque nuestra pareja está siendo infiel, porque otra persona se está entrometiendo en la relación o porque hay algo que no cuadra. Y PUNTO.

Esto es algo que resumió mi psicóloga muy bien cuando tuve el mayor ataque de celos que he tenido nunca, recuerdo bastante bien sus palabras:  “No tienes celos porque estés insegura, tienes celos porque esa chica sigue enamorada de tu novio y claramente está compitiendo contigo para conseguirlo”. Suspiré, reflexioné y pensé: es que es cierto. Es que en este siglo una chica que se enamoró de mi novio me estaba atacando directamente para conseguir su amor, romper nuestro vínculo, cabrearme o todo a la vez. Qué mal llevan lo de la sororidad algunas.

Y claro, yo que intento ser buena gente, reflexionar todo mucho, darle vueltas a las cosas, siempre intentar trabajar mis emociones, gestionar mis inseguridades, hablarlo con mi pareja de forma frecuente, y siempre volvía a pasar algo. Hasta el día que exploté con mi psicóloga y me dijo, además de lo anterior:

  1. Que no tengo por qué llevarme bien con ella necesariamente. Parece obvio, ¿no? Pues para mí era impensable admitir abiertamente que esa chica no me gustaba. Era como si cediese a los celos, yo me esforzaba continuamente por entenderla, por llevarme bien, por no meterme en su amistad con mi novio. Y me llevé 500 hostias por el camino.
  2. Que no pasa nada por sentir celos, la cuestión es cómo los gestionamos. 
  3. Que esa chica claramente tenía intenciones negativas y me estaba haciendo mal a propósito, que sabía a qué jueguito estaba jugando.

¿Sabéis qué alivio que una profesional de la salud mental me dijera todo eso? Qué no fuera un simple: ¿gestiona tus celos? De repente vi la luz y lo hablé con mi chico, le dije lo que pensaba, lo que me había comunicado la psicóloga y tuvimos una conversación sana entre adultos. A partir de entonces siguieron la amistad, pero mi novio puso límites, tuvo cuidado y le dejó claro lo que yo le importaba, y que no jugase con fuego que rápidamente la mandaba a paseo.

Así que sí, lo gestioné yendo a terapia, hablando con mi pareja y, sobre todo, sin culparme por sentir los celos que sentía.

Amigas, recuerden, los celos puedes ser exagerados, pueden necesitar trabajo de introspección propio, pero en muchas ocasiones requieren trabajo externo, bien con nuestra pareja, bien con la otra persona o bien con una profesional especializada que nos ayude. Ah, y escribir en un papel también sienta genial, sacas todo lo que tienes en la cabeza y en el corazón, y luego lo quemas. Y mandar a tomar por culo si es necesario también, por qué no. 

Te falta perreo