Mira que me he encontrado en mi vida con tíos imbéciles, con hombres malos, con señores asquerosos que han jugado conmigo, con mis amigas o con personas que son súper importantes para mí, pero desde luego que este se lleva la palma. Hablemos del hombre que nos hizo creer a dos mujeres que éramos sus amantes.

Lo conocí en verano, pasamos lo que parecía la típica comedia romántica americana, de verdad que no podéis imaginaros lo ‘mágico’ que fue todo. Paseos por la playa, cenas en restaurantes italianos después de un sexo perfecto, duchas que acaban en más sexo, la sal en la piel, la brisa del mar… si es que casi no mirábamos el móvil/televisión/ordenador, fue una desconexión real, fue increíble. 

Terminó el verano y con él desapareció todo lo demás, no por el cambio de tiempo, si no por el cambio de vida. Volvimos a las oficinas, volvimos a la ciudad, ambos curramos en Madrid y veraneamos en la ciudad de Alicante. Las quedadas eran cada vez más lejanas, a penas nos veíamos y poco a poco se fue perdiendo todo. Aún así de vez en cuando quedábamos, cenábamos, follábamos y nos echábamos unas risas, pero todo iba indicando que poco a poco terminaría.

¿La movida? Pues que hace unas tres semanas salí de fiesta y lo vi liándose con otra, evidentemente me molestó, pero ni de coña fui a pedirle explicaciones ni mucho menos, nosotros no somos nada ‘oficial’ y en ningún momento se había si quiera planteado la idea de formalizar nada o hacerlo exclusivo. Bien, él me ve, yo lo veo, yo le ignoro, él viene a mí y me dice que no puedo decir nada, que esa chica es su novia, que llevan juntos muchísimo tiempo y que por favor me quede callada. 

Ahí cambió todo, pasé de no querer pedir explicaciones a quererme explicarme yo. Sé que aquí se plantean muchas cosas, pero yo siempre he sido partidaria de que como a mí me gustaría saberlo, yo quería decirlo. No quise actuar en caliente y esa noche me quedé callada y sin decir nada, pero me quedé con la cara de la chica para intentar encontrarla en RRSS, sí queridas, yo bien podría trabajar en el CSI.

A la mañana siguiente le escribo a él, le digo que tenemos que quedar, que esto no se puede quedar así y que, aunque no seamos nada, me debe una explicación. Viene a casa y me empieza a decir que está enamorado de mí (?), que con ella lleva muchísimos años, que no sabe cómo decirle que yo existo, que no sabe cómo dejarla porque ella está loca (?????????) y que por favor tenga paciencia. Yo me quedo con cara de pan, le digo que no entiendo NADA, que lo que tuvimos en verano fue genial, pero que de eso ya no quedaba prácticamente nada, que no entiendo el drama a lo Romeo y Julieta.

Lo echo de casa se pira y yo me quedo con el runrún en la cabeza, empiezo con la investigación y sí, la encuentro en RRSS. Sin saber su nombre, solo con su cara, una tiene sus dones. Me debato si escribirle o no durante varios días, lo comento con mis amigas y todas llegamos a la misma conclusión: hay que decírselo. Le mando un MD después de darle MUCHAS vueltas y la chica me contesta casi al instante. Me dice que le había pasado lo mismo que a mí, pero con otra. Que ella no es ‘la oficial’.

A mí se me cae la mandíbula al suelo, sigo leyendo y básicamente ella SÍ que está SÚPER pillada, lo vio liándose con otra antes de verano, le dijo que la otra era su novia, que por favor ni dijera nada y como está tan enganchada se conforma con ‘ser la otra’ aunque le duela y lo lleve fatal, pero prefiere las migajas a que desaparezca. Yo no me creo lo que leo, le pregunto que si podemos quedar a tomar café, quedamos, me lo cuenta en persona y realmente la veo afectada, rota, en la mierda. El desgraciado es un sociópata de libro. 

Intento animarla, decirle que merece algo mejor, que este espécimen no se merece ni media muestra de cariño, que se aleje de él y que si tiene algún contacto con la tercera en cuestión. Me dice que no sabe nada de ella, ni cómo se llama ni una foto ni nada. Así que no puedo hacer mucho por encontrarla, que soy el CSI pero no Jesucristo.

Vuelvo a quedar con él, le canto las cuarenta, se pone a llorar, me dice que a mí me quiere de verdad, que jamás esperaría que yo le pudiera hacer tanto daño y que lo perdone. Sencillamente lo miré con cara de asco, me levanté de allí y me fui sin mirar atrás.

Cuidado con las comedias románticas, son ficción. 

Y así es como salimos las dos corriendo de allí

Foto de Polina Kholodova en Pexels

 

Anónimo

 

Envía tus historias a [email protected]