—¿Y los niños para cuándo?

—Pues estamos en ello, pero no hay manera…

—Uy, lo normal es tardar un año, tranquila. Es que ahora lo queremos todo a la de ya, eh.

—En realidad llevamos varios años intentándolo…

—Y estás agobiada. Te entiendo perfectamente, yo también lo pasé fatal porque no me quedaba. Lo que tienes que hacer es relajarte. Nosotros llevábamos seis meses con test de ovulación y toda la parafernalia y, mira, llegó el verano, nos fuimos de vacaciones, pasé de los test y de estar controlando y, hala, en cuanto lo hicimos solo por placer, me quedé embarazada. Así que ¡relájate!

¿Te suena de algo esta conversación?

Si has respondido que sí, cuánto lo siento. Si te conociese intentaría darte ánimos de algún modo, pero seguro que no como la del diálogo anterior.

Repasemos los numerosos errores que ha cometido en tan insignificante coloquio:

  • Preguntar para cuándo los niños. La primera en la frente. Voy a iniciar una petición en change.org para que se prohíba por ley hacer esa pregunta. Si es algo que quieres compartir con alguien, le hablarás de ello, seguro. Si no lo haces es porque no le incumbe. Y si tenéis poca relación, hace siglos que nos veis, no tenéis apenas confianza… por favor, en serio, eso no se pregunta. Os pasaré el link para que firméis mi petición.
  • Tranquila… lo queremos todo a la de ya. O lo que viene siendo minimizar tu sufrimiento. Mal. No. Culo, culo. Empatía, porfis.
  • Yo también lo pasé mal. Ya, vale. No voy a hacer más comentarios al respecto.
  • Seis meses. Le estás diciendo que llevas años y su forma de animarte es decirte que ella lo consiguió a los seis meses, pero, eh, que comprende por lo que estás pasando. Repito: empatía, por favor. Y un poquito de pensar antes de hablar y tal.
  • Tienes que relajarte. Sí. Oye, una cosita, ese consejo ya me lo han dado antes, me salió en una galletita china de la suerte. Ahora si quieres te cuento con detalle todo por lo que he pasado y estoy pasando actualmente, intentas ponerte en mi lugar y luego me cuentas cómo lo harías tú para relajarte. O mejor, no me lo cuentes. Porque mientras tú sigas siendo tú, y yo siga siendo yo, no va a funcionar.

 

Tal vez pueda parecer una tía borde, grosera y desagradecida. E igual lo soy, no digo que no. Pero, de verdad, mucho cuidado cuando hablamos con una persona que está pasando por el trance de intentar lograr un embarazo que no llega.

Foto de Rodnae Productions en Pexels

Es un tipo de frustración del más alto nivel. Puedes asumir que nunca tendrás una casa propia, que esa carrera no es para ti, que no tienes memoria fotográfica y eso no se puede adquirir ni entrenar… Sin embargo, jová, te lo enseñan en primaria porque es una de las leyes naturales más básicas:

Naces. Creces. Te reproduces. Mueres.

Y te haces mayor, crees que ha llegado el momento de reproducirte y resulta que, oh sorpresa, tú no te reproduces. Lidia con eso.

Y lidia con esa legión de personas que te dirán que te relajes. Ese ‘relájate’ es primo hermano del ‘no te comas la cabeza’, y es igual de inútil que él. Te dejan exactamente como estabas, o incluso peor.

Toda esa gente que se cree que en esto de la fertilidad el cuerpo humano se regula por tu nivel de obsesión o relajación son algo así como los terraplanistas de la biología humana. Vale que puede existir un porcentaje mayor o menor de mujeres en las que el factor psicológico sea determinante. No obstante, es incuestionable que muchísimas parejas simplemente no pueden reproducirse sin la intervención de la ciencia.

A nadie se le ocurriría decirle a un celíaco que se relaje, a ver si se le va la intolerancia al gluten. Del mismo modo nadie le diría a un asmático que se relaje, que quizá así no le haga falta llevar un ventolín en el bolso. Seguro que nadie le ha dicho nunca a un miope que se relaje para que pueda ver bien sin sus gafas.

No sé si me explico… ¡Dejad de decirle a las parejas con infertilidad que se relajen, por favor!

Es que hasta en el hipotético caso de que la relajación les pueda ayudar, ellos ya lo saben. No necesitan que se lo digan. Es más, repetírselo cada vez que sale el tema, lejos de ayudar, les va a generar más estrés.

Seguro que hay una buena intención detrás de este tipo de comentarios, no lo pongo en duda. Pero seamos cuidadosos, tanteemos si quieren hablar del tema o no. Si quieren recibir consejos o no. Si quieren solamente un abrazo. Una broma para quitarle hierro al asunto. Hablar de fecundación in vitro, o donación, o adopción. O cambiar de tema.

Y ya que hemos abierto este melón, una petición más: si esa persona que te está hablando de su dolor por no poder concebir no te ha pedido opciones, no le digas que adopte.

Es más, me atrevería a pedir también que le hables de ello solo en el caso de que tú hayas sido madre/padre gracias a la adopción. Solo entonces.

Que la alternativa de la adopción existe, lo sabe todo el mundo.

Lo que ya sabe mucha menos gente es lo complejo que es el proceso, los requisitos que los adoptantes deben cumplir y cuántas personas estaban abiertas a esta forma de convertirse en padres y se han encontrado con que les niegan esta posibilidad.

‘Pues adopta’ no es la respuesta adecuada para la gran mayoría. Pasémosla por el filtro tantas veces como sea necesario para estar seguros de que esas dos palabras no van a hacer daño.

Hay hijos biológicos concebidos de forma natural.

Hay hijos biológicos fruto de inseminación artificial o fecundación in vitro.

Hay hijos nacidos gracias a la donación de embriones, óvulos y/o esperma.

Hay hijos adoptados.

Hay hijos acogidos.

Desgraciadamente, también hay hijos que nunca llegan.

 

Las familias pueden formarse de muchas maneras y en algunas no hay niños, pero todas son igual de válidas.

Si tú no estás de acuerdo con el método con que se ha formado una en concreto, eres muy libre, pero resérvate tu opinión. No la necesitan.

 

En resumen:

  • No se le dice a una persona con problemas de fertilidad que se relaje, ni ‘relájate’, ‘relajaos’ y demás sucedáneos. Prohibido. *
  • ‘Pues adopta’. Prohibido salvo contadas excepciones (y con otro tono).
  • ‘Haber adoptado’. Esto no se admite en ninguna circunstancia.

 

*Aplíquese a los problemas de la vida en general, no solo ante la infertilidad.

 

Imagen de portada de Rodnae Productions en Pexels