Tenía ganas de escribir aquí esto, por si a alguien le ayuda. 

Llevo soltera desde que tengo uso de razón. Desde siempre he sido de ligar muy poquito y no siempre he creído que fuese a vivir feliz siendo soltera, la verdad.  

Como la mayoría, supongo, he echado de menos el amor, el sentir mariposas en el estómago…y me he preocupado de no encontrar nunca ese “amor para siempre” que se nos vende desde que somos niñas. 

A principios de mis veinte, tuve una temporada chunga respecto a este tema. Para qué mentir. Deseaba amar y ser amada, y tenía ganas de sentir de una vez por todas ese sentimiento tan genuino. Quería compartir mi vida, mis sueños y mis experiencias. Acabé pasándolo mal con todas estas ideas y tuve una etapa de bajón emocional bastante intensa. No era capaz de sentir más que repudio por otras parejas, y por todo lo relacionado con el amor.  

Durante todos estos años, he tenido rolletes, he conocido a chicos, pero ninguno ha cuajado como debería. Simple y llanamente. Con alguno que otro he tenido ciertas posibilidades, pero por h o por b no acababa de culminar. 

Así pues, he andado entre el bajonazo emocional y el subidón bastantes veces en mi vida. 

Hasta que aprendí a aceptar una posible soltería sostenida en el tiempo. Y es que no siempre se encuentra al amor de nuestra vida y, ¿sabéis qué? No pasa nada. 

NO PASA ABSOLUTAMENTE NADA. Hay miles, millones de cosas que nos hacen felices día a día. Millones de formas de sentir amor, aunque no sea de la misma manera. Y no pasa nada.  

He aprendido a ser feliz conmigo misma y a disfrutar mucho (muchísimo) de la soledad. Me flipa pasar tiempo sola, leyendo, dibujando, jugando al ordenador, yendo al cine…. Sí, al cine también voy con amigos, pero ¿habéis probado a ir solas? Es fantástico. Es como un tipo de ejercicio de self care. Por no hablar de viajar sola. En serio, es algo que recomiendo TOTALMENTE hacer aunque sea una vez en la vida. Otro ejercicio de autocuidado pero a lo bestia. Es una sensación fantástica. Descubrir mundo, ambientes y lugares a tu propio ritmo, saboreando cada momento. Por no hablar de la gente tan guay y tan diferente que conoces, y las situaciones tan peculiares que se pueden llegar a dar que, de ir en pareja, sería imposible vivirlas. 

Y es que creedme cuando os digo que pocas cosas hay que me hagan más feliz en el mundo que estar con mi gatita tumbada en el sofá viendo Netflix un día de lluvia, cocinarme un día de bajona una comida de las que sólo a mí me gustan mientras me veo una película de Disney, o ser recibida en casita con maullidos y mimos que me llenan de amor y de ternura. 

No sé, solo puedo decir que adoro mi soledad, que me gusta la soltería y que disfruto cada segundo conmigo misma y con mis amigos.  

Que si el amor llama algún día a mi puerta será más que bienvenido, pero que si eso nunca llega a pasar, no va a pasar nada. 

Porque tampoco lo necesito. 

 

JUANA LA CUERDA 

A TRAVÉS DE UNA AMIGA