Cuando pensábamos que el ghosting es lo peor que nos podía pasar y ya lo teníamos asumido o al menos mahomenoh, van, y nos dicen que existen algunas variantes que pueden ser más letales.
Disculpadme que utilice estas expresiones, pero creo que estamos ya todos bastante familiarizados con esta terminología, y viene al caso. Por favor, os ruego que os toméis tiempo para digerir toda la información que vais a recibir a continuación, puede ser de ayuda. Nadie está a salvo de esto.
Y cuando digo nadie, digo nadie. Ya lo dijo María Teresa Campos en la portada del Hola cuando Bigote rompió con ella: “Por WhatsApp me dijo adiós, que no le buscara ni le llamara porque sería peor. No me parece bien cómo lo ha hecho”. Y a todas las demás víctimas, tampoco nos lo parece. Teresa, estamos todas contigo.
Podéis tomar apuntes, avisadas estáis.
Ghosting: Por si es la primera vez que escuchas esta palabra, te diré que, a grandes rasgos, es hacerte el vacío, ignorarte como si nunca hubieses existido y sin la más mínima explicación.
Catfishing: Perfil falso que captará tu atención con el único objetivo de engañarte con algo, léase estafa o abuso.
Kittenfishing: Esto que tiene nombre de juego de mesa, es cuando intentan encandilarte vendiéndote que son maravillosos y luego te encuentras un sucedáneo. Sería algo similar a un Catfishing pero en su versión Zero, porque en este caso, el objetivo no es sacar nada de ti. Nada más allá de una cita o un intento de algo.
Curving: Para aquellos cobardes que ni el ghosting son capaces de hacer, o aquellos que se creen mejores por renegar del ghosting porque piensan que está feo, ha sido desarrollada esta táctica, en la que irá cogiendo distancia poco a poco, a veces de manera sutil a veces más evidente, hasta desaparecer finalmente.
Breadcrumbing: Cuando te dan migajas de pan, te siguen ligeramente le juego, pero nunca, jamás llega a ningún puerto. Y permíteme que me tome la libertad de decirte que ni llega a buen puerto, ni va a llegar en ningún momento. No pierdas el tiempo, y nunca, jamás de los jamases, te conformes con migajas.
Benching: Sería como el breadcrumbing, pero aquí hay una clara intención de que salgas a calentar en cualquier momento. El benching viene a ser, lo que en este nuestro país ha sido denominado toda la vida como chupar banquillo. No creo que se necesiten más explicaciones.
Zombie-ing: ¿Te han hecho ghosting y pasado un tiempo, semanas, meses, años, han vuelto a ti? Pues bien, que sepas que te han zombieado. Aquellas que estáis sufriendo ghosting, y confiáis en que en algún momento vuelva a aparecer, sois carnes de walking deads. Y vuestra salud mental peligra, todo sea dicho. Ánimo.
Cushoning: Si te suena a cojín, has dado en el clavo. Te mantienen ahí, mientras su ligue principal se mantiene. Cuando no lo hace, ahí estás tú para amortiguar la caída. Cuidao, que de tanto mitigar caídas, puedes acabar más aplastada que una esterilla. Eres un plan B, y mereces ser un plan A. Por si se te había olvidado, ya te lo recuerdo yo.
Obligaswipping: Cuando alguien entra “forzado” en una aplicación de citas, es más que evidente cómo se refleja en su comportamiento. Porque si esa persona no estaba convencida, pero ha habido presión por su entorno o por la propia sociedad, la palabra desgana se queda corta. Dejad vivir.
Collectors: Esta gente sólo quiere una legión de followers, o una larga lista de matches de la que presumir. Sin más y sin menos, así que está en tu mano decidir qué es lo que quieres ser. Te daré una pista, puedes encontrar la palabra influencer en alguna parte de su perfil.
Fishing: ¿Uhteh se acuerden de la pesca que se hacía en los bares y discotecas, cuando estaban a punto de cerrar? Pues eso mismo, pero en virtual. Como diría mi abuela, de noche todos los gatos son pardos, y a las cinco de la mañana, te digo yo, que son pardísimos, en una app de ligoteo y en el pub de la esquina. Aquí y en la Conchinchina.
Orbiting: Cuando tu historia ya se ha finiquitado, principalmente porque has sido diagnosticada de ghosting, pero sigues recibiendo likes y reacciones. Qué manera de tocar los cojones de manera gratuita. Digo yo.
Roaching: Ojocuidao que viene de cucaracha. Porque cuando crees que has dado en el clavo con ese match, cuando crees firmemente que todo va como la seda, te das cuenta de que no eres la única. Y, de hecho, no eres la única ni de lejos, porque cuando has levantado la alfombra, han salido doscientasmil como tú, igual de enamoraditas. Pero esto en nuestro país es el síndrome del donjuanismo, y eso, merece un capítulo aparte.
Buena suerte queridas.