Cuando eres profe tienes que tener mucho, mucho cuidado con tus palabras y tus actos, porque todos los estudiantes (y progenitores, no vamos a mentir) están más que atentos. Pero cuando además eres profe de primaria, la mayoría de tus alumnos van a creer a pies juntillas en ti y puedes marcar un antes y un después en sus vidas.

Como docente, intento siempre que crean en sí mismos, que se acepten y se quieran, que no tengan miedo a romper barreras, perseguir sueños y, sobre todo, aprender.

Y estaba en ello cuando, ayer, buceaba por la red buscando hacer un catálogo de productos para llevar a clase y que pudiéramos montar una tienda para aprender a usar los euros, dar el cambio, sumar, restar… Miré en un montón de tiendas online seleccionando juguetes, cuentos, artículos de deporte y todo lo que pudiera interesarles.

Cuando me encontré, en la página web de una de las tiendas de juguetes más famosas de España, este producto:  Piggy Diet.

Piggy Diet: cerdito rosa pensado para ayudar en la dieta adelgazante. Edad recomendada: Entre 8 y 11 años.

Os dejo la descripción del artículo (encontrada en la primera web que sale al buscarlo en internet):

Este cerdo acabará con las picadas y las incursiones nocturnas al frigorífico. Para usar en el frigorífico, gracias a los chips de sonido integrados. Quienes han crecido en el campo, saben cuán fuerte pueden gruñir (insultar) los cerdos. Tus sueños con barritas de chocolate bien frías se esfumarán en cuanto abras la puerta del frigorífico y oigas los gruñidos del cerdo ayuda dietas. El regalo ideal para personas con poca voluntad.

 

Voy a dejar de lado el mencionar lo insultante y humillante que resulta que exista este producto, así en general, uniendo dieta y cerdo/a como si hubieran nacido para estar juntos. Vamos también a dejar de lado, por un momento solo, el hecho de lo asqueroso que resulta que a alguien le parezca correcto recomendar a una persona que, por la razón que sea, decide comenzar una dieta, el oír gruñidos de cerdo cada vez que abre una nevera. Así, como si dicha persona fuera un animal de granja.

Pero en lo que SÍ voy a centrarme es en el hecho de que esté recomendado para 8 y 11 años en esta famosa web de juguetes infantiles. Mis alumnos, sobrinos, futuros hijos… todos pueden encontrarlo en el buscador de juguetes por edad. Pueden pensar que les corresponde este juguete si tienen un determinado cuerpo. La cantidad de inseguridades, complejos y comportamientos tóxicos que puede generar no tiene fin.

¿De verdad, señores de la industria del juguete infantil, creen que hace falta que los niños crezcan con un cerdo gruñéndoles cada vez que sienten hambre? ¿No les da asco?

Aquí, los únicos que deberían avergonzarse de sí mismos, son ustedes.

 

Abril

 

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