Esto va de la Isla de las Tentaciones, si no lo ves, no vas a entender un cagao, aviso.

 

Melyssa Pinto, ex pareja de Tom Brusse dio un REPASO CON MAYÚSCULAS al susodicho en su última hoguera y despedida del programa. En los últimos tiempos, pocas cosas han unido tanto a las redes sociales cómo la crítica a Tom.  Para quienes no conozcáis su historia, os la resumo brevemente:

Tom y Melysa entran en un programa televisivo para «SUPERAR» los celos de ella. Un programa en el que cada uno de los miembros de la pareja residen en el Caribe durante un mes con otros tantos solteros. Ya este principio suena muy mal. Desde  el primer programa, Tom demostró ser un mentiroso.  Un niño pequeño que se hace el bueno delante de su mamá para sacar los cuernos y el rabo de demonio en cuanto ésta se da la vuelta. Y nunca mejor dicho.

Y es que, Tom acaba liándose y acostándose con otra  chica- minutos después de ver a Melysa destrozada- haciéndole mucho daño. Y lo peor: él siempre justifica su infidelidad en la actitud de la chica. Que sí, es celosa, pero si tan imposible te lo hace, ¿ por qué no la dejas antes que dejarla destrozada?. Pregunto.

En esta última  hoguera, la venda que tapaba los ojos de una Melysa empoderada  cae de golpe. Y junto con esa venda, da estocadas muy certeras con su boca, educación y amor como espada. De todas las frases que le dijo, me quedo con una:

«He tenido noches sin dormir, me quería morir, Tom, porque tú me demostraste ser una persona que no existe. Te tengo rabia y lo que más me duele es que sigo queriéndote»

Porque me sentí totalmente identificada con ella. Yo también he estado en su posición. Pero también en la de Melody consolando a más amigas de las que me gustaría. Por tipos como Tom, que no saben quienes son ni lo que quieren. Pero, que, sin duda, a nosotras no nos querían de verdad. No como nos decían querer, al menos.

Chicos que parecen desvivirse por nosotras. Atormentados por hacernos felices. Que parecen sacados de novelas románticas que acaban siendo la peor de las películas de terror. De hecho, estoy convencida de que más de una nos hubiéramos acostado antes con la niña del exorcista de haber conocido la realidad.

Personas que dicen de sí mismas ser sinceras, emocionales, comprendernos y querernos más que nadie. Y, si tienes aún mas mala suerte, que hacen que sientas que algo funciona  mal dentro de ti. Porque eres tóxica, que le quieres mucho pero que le quieres muy mal. Porque no le dejas ser él mismo (que consiste en lanzar más fichas que una tragaperras). Porque si tan locas somos, ¿por qué no nos dejan en lugar de engañarnos, sustituirnos por otra o humillarnos? 

Son chicos que venden de sí mismo la persona que le gustaría ser o la que sabe que a ti te gustaría que fuera. Y cuando estás enamorada que no puedes más, te suelen dar la patada.  Traumas de otras personas aparte. Porque hay que ser muy malo para hacer daño a propósito a quien te quiere, pero eso es otro tema. Quién sabe sus motivos, pero ¿qué nos pasa a nosotras?

¿Por qué aguantamos a tales personajes?

¿Por qué nos desvivimos por alguien que nos falla?

¿ Por qué seguimos poniendo todo en el brasero por quien  nos ha pedido más oportunidades que besos?

Creo que no existe una respuesta clara aunque puedo citar varias teorías que se me han pasado por la cabeza. Cpmo la teoría de la salva hombres que no quieren ser salvados. En la que convertimos en objeto de nuestro deseo y amor a personas que lo han pasado «mal». Queremos cambiarlos porque creemos en todas las posibilidades que puede ofrecer un amor puro. Y nos enganchamos, nos sentimos especiales con ellos y nos lanzamos a la aventura de la salvación. Perdiéndonos a nosotras mismas en ese camino. Porque, queridas, las personas no cambian.

Los Tom Brusse seguirán encontrando a sus Sandra Pica y cayendo en las tentaciones que les ponga la vida, sean cual sean. Sin pensar en nosotras porque estos personajes sólo se quieren a sí mismos.

Vivimos en una sociedad en la que predomina el «carpe diem». En la que podemos conocer a miles de personas afines a nosotros.  Una sociedad que nos vende las ventajas de la libertad y el individualismo pero se lleva muchas veces la empatía y el buen amor. En la que ¿quedamos a tomar un café? es mucho más complejo que un ¿ nos vemos y follamos?.  Una sociedad en la que enamorarse bien es MUY DIFÍCIL pero POSIBLE. Sin duda.

Así que si ves en algún chico con maneras de Tom Brusse, empieza a entonar sin necesidad de correr a ninguna villa:

» Eres un desgraciado, que lo sepas. Y no me vas a ver en tu vida».

@VEGA.ESE