Es indiscutible que estamos viviendo una situación sin precedentes en todo el mundo, la cuarentena y el coronavirus son sin duda las situaciones más comentadas y que están teniendo una serie de consecuencias a muchos niveles realmente desconcertantes.

Vernos de repente en casa, aislados, sin poder prácticamente salir, está siendo mucho más duro a nivel psicológico de lo que se podía pensar en un primer momento.

Si eres de las afortunadas que puede teletrabajar, al menos tendrás una parte de tu tiempo algo ocupada y los días quieras o no se te pueden volver un poquito más amenos o entretenidos.

Pero para una gran mayoría, el día acumula un montón de horas muertas que después de probar esas recetas que tanto tiempo querías hacer, hacer esa rutina de gym en casa o terminar ese puzzle que empezaste hace 3 años, te siguen quedando un sinfín de ratos muertos.

Es ahí cuando la mente aprovecha a hacer de las suyas, y nos empiezan a asaltar una serie de pensamientos que dábamos ya por zanjados y superados hace tiempo, pero que, han aprovechado que no puedes salir de casa para hacer su gran aparición.

Y de repente, te sorprendes a ti misma acordándote de tu ex, ese al que incluso dejaste tú (o de muto acuerdo) porque ya no había mas que hacer, esa relación de la que terminaste más quemada que las muelas de un dragón y que hacía rato que ya no te aportaba nada.

Pero ahí está, esa puñetera ¿nostalgia? Que te lleva a recordar esos momentos tan “ideales” que pasasteis juntos en esas vacaciones hace unos años, que te llevan a revisar las fotos que aun guardadas y sin darte cuenta acabas triste y abrazada al cojín, diciendo lo mucho que le echas de menos.

Si te encuentras en esta situación o al borde de ella, siento decirte amiga, que lo que te pasa, no es que te hayas dado cuenta de que has dejado escapar al amor de tu vida, si no que, en esta situación en la que no tienes mucho más que hacer, te sientes sola y sobre todo y lo más importante,

ESTÁS ABURRIDA

Estaréis conmigo en que no hay nada peor que el aburrimiento para una persona, y que muchas de las peores ideas que has tenido (como aquel domingo por la tarde que decidiste que era buen momento para cortarte el flequillo tú sola) han sido fruto de esta sensación.

Es muy fácil confundir nostalgia con aburrimiento, y que realmente nos mola el drama y que si, ahora mismo, en esta situación tan fin del mundo, no te pones intensa, no se cuando lo ibas a hacer.

Pero es importante que seamos realistas y nos tomemos las cosas con perspectiva, si echas de menos a alguien cuando estás aburrida, pero no cuando tienes cosas que hacer, aquí tienes una gran pista, que realmente lo que quieres es entretenimiento y nada más.

Date permiso para echarle de menos si es lo que necesitas ahora, ya que intentar reprimir todo eso tampoco es útil en absoluto, pero si cuando todo esto termine y vuelvas a tu rutina, ni te acuerdas de su nombre, puedes estar tranquila con que eso que te pasó era un efecto transitorio.

Si te recomendaré que evites ponerte en contacto con esa persona, ya que, en este momento de vulnerabilidad, incertidumbre podemos cometer el error de malinterpretar situaciones que tienen más que ver con el momento en sí, que con mis verdaderos sentimientos.

Por eso amiga mía, si te encuentras en esta situación, te pido un poco de calma y de tiempo, que cuando las cosas vuelvan a su ser, estoy segura de que agradecerás no haber hecho algo de lo que después te arrepientas.

Pensar en alguien cuando no tenemos nada que hacer es muy fácil, pero las personas que nos importan de verdad se mantienen en nuestra mente independientemente de las circunstancias, y tú y yo sabemos que tu ex hace tiempo que no lo es.