Si habéis estado atentos/as a las redes sociales estos días, sabréis que, como viene siendo tradición cada año, el Salón Erótico de Barcelona (SEB) ya ha sacado su nuevo spot para promocionar los días que el salón estará en funcionamiento en Barcelona, ofreciendo a sus asistentes una serie de shows eróticos y pornográficos en vivo (entre otras cosas).

El anuncio protagonizado este año por la actriz porno Silvia Rubi transmite el siguiente mensaje:

¿Y tú, cómo aprendiste a follar? Quizás creas que fue así, o así. Pero la verdad es que fue más bien así, ¿no? Y ahora así. Exacto, de ahí has aprendido cómo, cuándo y por dónde meterla.

En una sociedad sin educación sexual, el porno es tu libro de instrucciones. Pero resulta que con este libro de ficción no sólo has aprendido a follar. También has aprendido que alguien con este escote tiene hambre de polla. Que sin arcada, no hay mamada. Que esto es una oportunidad, o que sí ella no opone resistencia, no es una violación.

El porno más machista seguirá siendo la única clase de educación sexual a la que asistirá tu hijo o tu hija. Y mientras siga así, seguiremos fabricando violadores en manada. Seguiremos acumulando minutos de silencio. Y seguiremos estando en mano de jueces que crean que una violación es un jolgorio sexual.

En una sociedad sin educación sexual era obligatorio que el porno cambiara. AHORA MANDAMOS NOSOTRAS.

O resumiendo: Ante la falta de educación sexual, que el porno sea nuestra educación sexual.

Por si no lo habéis visto, aquí tenéis el vídeo:

link:

YouTube video

El vídeo, como era de esperar, ha generado opiniones de todo tipo. Pero lo más importante de todo esto es, ¿tiene el porno la culpa de las violaciones y abusos sexuales? y ¿de verdad el porno puede ser educativo?

La pornografía, inevitablemente, transmite información a aquellos que la consumen dado que la mayor parte de la sociedad actual no tiene acceso a una buena educación sexual. Pero transmitir información visual de cómo dos personas follan, independientemente de cómo lo hagan, no es sinónimo de educar en sexualidad. La cosa va mucho más allá. Esto mismo opina la Psicóloga y Sexólga Judith Viudes

La educación sexual no se reduce en un manual explícito para aprender a follar, de hecho es algo que muchas veces tenemos que explicar los educadores porque a nivel popular aún ni se sabe todo el papel que ejercen los Sexólogos.

Y añade

El mensaje es reivindicativo y es verdad que es necesario un cambio en la pornografía en general, pero aunque el porno cambie, éste debe ser un «apoyo» de la educación sexual por la que tanto estamos luchando los expertos, no una solución.

Nadie puede basar su educación sexual en la pornografía, por muy diferente o respetuosa que ésta sea.

El porno es una herramienta erótica, pero nunca podrá ser educativa, y menos el porno del Salón Erótico de Barcelona, que es mainstream a más no poder.

La Periodista, Sexóloga y Escritora Silvia C. Carpallo deja claro las diferencias en torno a la idea que pretende vender el vídeo publicitario y lo que realmente encontramos en el SEB. En este conflicto sobre lo que anuncia o reivindica el vídeo y lo que ofrecen en el Salón Erótico de Barcelona también incide Nayara Malnero, Psicóloga, Sexóloga y Terapeuta de Parejas

El vídeo está muy bien hecho y el mensaje está muy bien para asustar a los padres pero no sé que tiene que ver con el Salón Erótico de Barcelona. Me parece la incongruencia hecha vídeo. Creen que es obligatorio que el porno cambie pero hacen un salón erótico con porno mainstream, no tiene lógica ninguna. Yo si no voy desde hace años al SEB es porque promueven cosas que realmente no hacen. No sé que tiene que ver la educación sexual con aprender a follar.

Queda claro que la educación sexual no es aprender a follar y que el SEB está lanzando piedras contra su propio tejado (bueno, la realidad de los salones eróticos en España tampoco difiere mucho de unos a otros, así que podríamos generalizar). Pero, ¿qué es la educación sexual?

Cristina Callao, Psicóloga y Sexóloga, nos da una definición muy completa del concepto:

Para mi la educación sexual es (o debería ser) entendida como una materia transversal y plural, que debe incluir todos los elementos de la sexualidad humana: el cuerpo, los sentimientos, las emociones, las actitudes y comportamientos, los valores sociales, el placer y los derechos humanos asociados a la sexualidad. Porque educar es transmitir valores sin sesgos, desde un prisma bio-psico-social, y no tratar al sexo y la sexualidad como un problema, o con un discurso alarmista. Por ejemplo, “ponte el preservativo porque sino…”.

Además, la educación sexual debe ser impartida por un/a profesional especializado en sexología, con aptitudes, formación e información suficiente como para tratar la sexualidad de forma competente.

¿Puede entonces el porno educar en sexualidad? La respuesta cada vez está más clara: NO.

¿Qué nos aporta entonces el porno?

El porno es entretenimiento y aporta al espectador un estímulo visual placentero. Ya sea porno convencional o alternativo, la finalidad sigue siendo la misma: erotizar un contenido que se dirige a personas que desean excitarse. Un complemento erótico más.

Imagen de spot «Sin educación sexual» (SEB, 2018). Por cierto, lo que hay en la pizarra no es educación sexual.

¿Es lógico echarle la culpa de todo al porno?

No.

La culpa de las violaciones, los abusos, las manadas y la falta de respecto hacia la mujer la tiene la sociedad machista, el porno es sólo el reflejo de ésta. La industria del porno crear contenidos para, lógicamente, generar beneficios económicos, pero entendamos que sin demanda no hay oferta.

Por otra parte, no hay ninguna evidencia que corrobore que el porno incite a cometer delitos. Por ello, si no cambia la sociedad, por mucho que cambie el porno, estos sucesos, por desgracia, van a seguir ocurriendo. Dotar a la pornografía de un derecho que no le corresponde basándose en una información sesgada es como empezar a construir la casa por el tejado. Pero claro, el feminismo está de moda y por eso parece que todo vale, y más si lo disfrazamos con una puesta en escena espectacular.

Es verdad que el porno retroalimenta los estereotipos y las creencias preconcebidas en torno a cómo han de ser los encuentros sexuales, por eso el cambio es necesario pero no suficiente. Yo misma soy muy fan del porno alternativo y considero que el cambio es muy positivo, pero no con la finalidad de educar.

El porno no refleja la realidad

Por ejemplo, tú ves la película de Superman y dices “ah, pues está muy guay”, y ya, la cosa se queda ahí. Como mucho la comentas con tus amigos, pero en ningún momento se te ocurre saltar por la ventana creyendo que vas a volar. ¿Por qué con el porno sí ocurre? Porque no hay educación sexual. ¿Cambiaría algo si la pornografía diera un giro radical? No, en absoluto. Si no tenemos una base en la que apoyarnos y concluir que lo que estamos viendo sigue siendo ficción, ¿qué va a cambiar? El tío que te comió el coño la semana pasada como si estuviera absorbiendo una naranja lo va a seguir haciendo (con todos mis respetos hacia las mujeres que les gusta que les coman el coño así), no sabe que a cada mujer le mola que le coman el coño de una determinada manera, pero esto no lo va a adivinar si nadie le imparte alguna noción de educación sexual y le dice que cada persona tiene gustos distintos y que para saberlo hace falta comunicación (por poner un ejemplo). Esto no lo enseñan en ninguna escena porno. Como tampoco enseñan qué pasaría si uno de los participantes en la escena dice “no” en medio de una penetración. Sigo sin ver también escenas de porno ético o alternativo en la que la mujer diga que no quiere tener relaciones, no las tengan y el vídeo se acabe ahí. Tampoco he visto ninguna escena en la que previamente se hable de las prácticas que se van a hacer, así como tampoco he visto escena alguna en la que sólo exista un vínculo erótico, sin sexo explícito o en la que ninguno de los participantes se corra.

Por mucha vuelta que quieran darle al porno éste sigue sin ser un reflejo de la realidad funcional. Pero es que tampoco es necesario reflejar la realidad en el porno porque a veces éste no es más que la representación ficticia de una fantasía sexual. El caso es que querer hacer en la vida real lo que ves a través de una pantalla es peligroso, independientemente de lo que veas. Tú imagina que la educación en las clases de historia, ciencias o arte de los centros formativos dependiera del visionado de películas de Hollywood. No tiene mucha lógica, ¿no? Pues con esto igual.

Por todo ello, y sin quitar importancia ni mérito al contenido informativo que el vídeo pretende transmitir y las conciencias sobre la sociedad que pretende remover, lanzo un mensaje a toda la gente de la industria porno: gracias por la auto-crítica, pero lo sentimos, la educación sexual no es un campo que os competa. No tenéis el derecho de coronaros ahora como los salvadores de la sociedad cuando vuestras motivaciones nunca han sido educacionales. También gracias por querer cambiar porque la verdad es que falta os hace, pero claro, hablamos de un cambio de verdad, no de boquilla para haceros publicidad y luego por detrás sigáis haciendo lo de siempre porque vende más.


Imagen de portada propiedad del Salón Erótico de Barcelona.