Es muy posible que en algún momento de tu vida sexual, hayas notado algún tipo de molestia a la hora de tener penetración, las prisas, los nervios, los sudores fríos de los primeros encuentros en los que estás más pendiente de otras cosas que de disfrutar... En estos casos es totalmente normal, el problema está si esto persiste de alguna forma.

Cuando hablo de dolor, no hablo de una ligera molestia, hablo de DOLOR con mayúsculas, cuando notas que como siga así  te va a partir literalmente en dos, o que directamente lo tienes cerrado a cal y canto y ahí no entra ná de ná. Muchas se resignan a este dolor y se ponen el cartel CERRADO POR OBRAS, ya que lo dan totalmente por perdido.

Este tipo de molestias por lo general tienen solución, pero si es verdad que puede venir causado por diferentes motivos, es importante que si no localizas el tuyo consultes a un especialista. Yo como sexóloga lo veo y lo trato con mucha frecuencia, y los motivos suelen ser varios, es importante que si te pasa esto descartes ciertas cosas:

1. Ir al ginecólogo, en muchas ocasiones puede haber una infección o alguna alteración en la mucosa vaginal que puede estar condicionando esta molestia. Incluso alguna herida o rozadura nos puede estar provocando el dolor, o nuestras queridas amigas las cándidas que aparte de producir picor también pueden ser muy dolorosa. Para descartar todo esto necesitamos una revisión completa y una citología. Si todo está bien, entonces el problema puede estar condicionado por lo siguiente.

2. Problemas de lubricación, la lubricación varía mucho dependiendo de la mujer, la edad, el momento del ciclo en el que nos encontremos, la menopausia, el uso de tampones también puede resecar la mucosa, etc. Si la lubricación no es óptima e intentamos una penetración lo más fácil es que aparezca dolor o molestia. Esto tiene una rápida solución y es el uso de un buen lubricante, por lo general de base de agua o si la sequedad es muy intensa, uno de base oleosa.

3. Primeras relaciones, al principio el desconocimiento, el miedo, la inseguridad, puede llevar a que el factor de relajación no esté muy presente, y aunque estemos excitadas, el miedo a un posible dolor nos lleva a tensar la vagina, dificultando la entrada del pene y produciendo molestia. La clave en este caso es la relajación.

 

4. Vaginismo, el cual consiste en que los músculos que rodean la vagina se contraen de forma involuntaria cerrando prácticamente la entrada de esta, imposibilitando por completo la penetración, o consiguiendo que el pene entre pero con muchas molestias que perduran durante todo el encuentro. En este caso, hay que hacer terapia sexológica para poder solucionarlo, ya que puede estar condicionado por muchos factores, como el desconocimiento, el miedo, la inseguridad, etc. Tiene solución y es totalmente tratable, pero sí es necesario un proceso para hacerlo.

5. Contractura del suelo pélvico, los músculos de esta zona, al igual que en los de la espalda, pueden aparecer contracturas,  manifestándose con dolores en la entrada vaginal o en algún punto concreto de la vagina. La solución es una fisioterapeuta especializada en suelo pélvico, la cual a través de masajes intravaginales (con los dedos) ayudará a quitar las contracturas que pueda haber (en ocasiones incluso puedes tener más de una).

6. La vagina aún no está lo suficientemente excitada, estas penetraciones de aquí te pillo aquí te mato muy de película, prometen ser muy placenteras, pero la realidad es otra. Si no dejamos que la vagina se excite, se expanda lo suficiente y se lubrique, puede provocar muchas molestias. Para evitar esto es importante alargar los juegos todo lo posible antes de la penetración, o llevar unas bolas chinas bien lubricadas mientras jugáis para preparar la vagina.

Así que amiga mía, consejo que te doy, las prisas nunca han sido buenas y menos para el sexo. La relajación y el deseo tienen que estar siempre presentes, si no lo tienes claro ¡Ni lo intentes!, y si ves que de verdad estos dolores aparecen siempre o casi siempre en tus relaciones, de cabeza al ginecólogo y después ya veremos.

Por lo que, si tienes molestias a la hora de tener penetración no dudes en descartar las posibles causas y acude a un buen especialista si es necesario, ya que estos problemas no se solucionan de forma espontánea por lo general y pueden empeorar.