Todos hemos pasado por una ruptura muy dura, una pérdida de un ser querido, un suceso traumático… o cualquier situación dolora para nosotros. El problema está cuando esa situación parece que se queda fija o anclada en nuestra cabeza y no hay forma de que desaparezca.

En el caso de las rupturas es algo muy típico (en el resto también pero vamos a centrarlo en lo amoroso), ¿Por qué me cuesta tanto olvidar a mi ex?

Cuando el cerebro decide almacenar un recuerdo, a cal y canto, es porque decide que “Es importante para sobrevivir. Tengo que recordarlo bien por si vuelve a pasar algo parecido, saber qué debo hacer” y aquí está la clave de todo esto.

Pero vayamos por partes, que esto es muuu lioso. El cerebro, esa gran masa que tenemos dentro de nuestra cabecita (aunque se podría decir que alguno la tiene más que hueca) es el responsable de absolutamente todo lo que nos pasa, TODO, es realmente lo que dice lo que somos y como actuamos.

El cerebro tiene como función principal APRENDER, y ¿Cómo aprendemos? Acordaos todas en el instituto intentando memorizar millones de fechas, sucesos y nombres que vomitábamos literalmente sobre el examen, para no recordarlo prácticamente nunca más. Bien pues es que resulta que nuestro querido cerebro retiene mucho mejor los sucesos que vienen de la mano de una emoción.

Es decir, sin emociones el cerebro apenas recuerda, porque literalmente no le importa, desde dentro te está diciendo mira nena olvídate de los reyes visigodos que esto no nos vale pa ná, y tan ancho que se queda, a tomar por culo tus horas de estudio.

En cambio, las emociones se van creando sin que nos demos cuenta, de una forma automática y se van relacionando a sucesos, pues como por ejemplo cuando empiezas a enamorarte de esa persona.

Tu cerebro asocia esas mariposas y esas palmas de tu chichi con “este agárralo pero bien en tus recuerdos que mira que sensación tan chachi estupendiosa te deja”, peeeero, aquí viene la desgracia, ¿Qué pasa cuando el susodicho sale por patas y ahí te deja descompuesta y con sentimientos?

Pues que aunque tú de forma racional, entiendes que esa persona se ha ido y que parece ser que no va a volver (o sí), tú has creado tus conexiones cerebrales a tope de amor, sentirse bien, etc. etc. Pero una vez que ese estímulo que me hacía sentir todo eso (el susodicho) desaparece, yo tengo que “destruir” esa conexión.

Y digo “destruir” así un poquito entre comillas, y te diré por qué, recordáis que anteriormente os decía ¿qué todo lo que se recuerda junto con las emociones perdura más tiempo?, pues este recuerdo es emoción pura y dura y por tanto está grabadísimo en tu mente.

También te digo, si echas la vista hacia atrás, ves que realmente las relaciones que más te han podido marcar son en las que las emociones eran mucho más intensas, cuando más enamorada te sentías o cuando más daño te han hecho, esto no quiere decir que el resto las pases por alto o las borres de tu mente, siguen ahí, pero no te condicionan tanto, sabes que existieron pero ya está, sin más.

En cambio, olvidar a ESA persona, que te hacía que el corazón te fuera más rápido y más lento al mismo tiempo, del que sentiste un amor muy profundo y con la que tenías mucha conexión, asumir que ahora ya no está es muy duro.

Esto siendo el caso en el que la relación haya sido sana, cuando se tienen relaciones muy tóxicas los recuerdos se mantienen por otros factores diferentes, más que nada porque se ha producido un enganche muy insano de otra forma, os hablo un poco de ello en el artículo sobre relaciones tóxicas.

Por eso recapitulando, mi cerebro ha generado una conexión súper fuerte alrededor de toda mi relación, y está ahí a tope en mi cabeza, mandándome recuerdos de aisss ¿te acuerdas este día que bien lo pasasteis? O ¿Cómo discutisteis ese día no?, por lo que tú sigues pensando en tu ex y fortaleciendo esas conexiones.

Y me diréis…. ¡Joder! ¿Pero qué pasa, esto es eterno? Pues amiga mía puedes estar tranquila porque todo tiene su fin, y esto se consigue con el paso del tiempo, cuando vas dejando de pensar tanto en esa relación, en esos momentos tan fantásticos, en todo lo que os unía y os separaba, esas conexiones se van “podando” como las ramas que le sobran a un árbol, y tu mente no accederá a ellos con tanta facilidad porque directamente ya ni están.

Es verdad que en esta parte, también tu actitud ayudará, me refiero, si te encierras en ti misma y te quedas pensando y repensando cada parte de vuestra relación, lo que hacemos es fortalecer esas conexiones. En cambio si poco a poco voy rehaciendo mi vida, trabajando concentrada en lo que estoy haciendo, pasando tiempo con la familia y con los amigos, haciendo cosas que te gustan a ti misma, etc. crearas nuevas conexiones y esas poco a poco irán muriendo.

Claro está que no le vas a olvidar 100% nunca, porque tampoco te interesa, aprender de las cosas que nos han pasado en la vida son cruciales, pero llegara un punto que sea eso, un simple recuerdo, sin emoción de dolor y tristeza asociado.

Autor: Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y terpia de pareja, [email protected]