Las Barbies son como las salchipapas: o las amas o las odias. Es cierto que la mayoría de nosotras hemos jugado con Barbies de pequeñas pues porque era lo que había. Pero cuánto daño han hecho.

Aparentemente, Barbie era lo más. Tenía de todo: coche, barco, casa con piscina y era pluriempleada: Barbie repostera, Barbie dentista, Barbie veterinaria… Eso sí, tenía un pie de la talla 35, porque en comparación con su cabeza ese pie era demasiado pequeño. No sabemos qué pasó ahí. Pero tampoco importaba mucho, total todas la queríamos para lo mismo: para mantenerla impoluta durante una semana y luego cortarle el pelo sin piedad, pintarle la cara con pinturas de esas que no salen y dejarla desvestida o harapienta. Eso sí, siempre bien colocadita en la estantería donde se viera bien. Porque tú estabas orgullosa de tu Barbie, aunque después de un mes contigo pareciese Barbie homeless.

El caso es que la muñeca esa era capaz de abarcarlo todo. Representaba a la mujer, lo femenino. Muy bien montado además, porque como hacía de todo, era omnipresente. Cualquier cosa que se te pudiese ocurrir, Barbie ya la había hecho. Era fácil identificarla con cualquier oficio o con cualquier mujer adulta en general. Pero amiga, ahí viene el secretito: cualquier mujer adulta no era como la Barbie. Ni tu madre, ni tu tía, ni tu vecina ni nadie en el mundo mundial. Barbie era algo a lo que aspirar, más que una muñeca con la que jugar.

En un afán por dar representatividad a todas las mujeres, incluyeron a Teresa, la Barbie ‘morenita’ y a Christie que era la Barbie ‘negrita’. A mí me encantaba Teresa y en cuanto salió se la pedí a los Reyes. Cuando la llevé al cole para jugar con ella y con mis amigas, que se habían pedido Barbies también de esa colección (eran unas que traían como un pintalabios en el vestido o una tontería así, estereotípico total). Yo pensaba que lo que traía en el vestido eran plastidecor, pero resulta que no. El caso es que mis amigas tenían a la Barbie rubia, o sea Barbie, no Teresa. Pues los comentarios fueron del estilo de “es que a ti te trajeron la Barbie fea”, “la más guapa es Barbie porque es rubia” y del estilo. No recuerdo haberme sentido tan fuera de lugar siendo tan pequeña como aquella vez.

 

Como os podéis imaginar, me fui pa mi casa con traumita y avergonzada de jugar con Teresa. Otro de los motivos por los que me gustaba tanto esa Barbie era porque tenía el pelo ondulado, como cuando te haces trenzas y te queda el pelo medio en ondas. Sobra decir que yo de pequeña (y todavía ahora) tengo el pelo MUY rizado. Nivel que cuando era un bebé le preguntaron a mis padres por qué me habían hecho la permanente siendo tan pequeña (obviamente, mi pelo era así). El caso es que yo me sentí inmediatamente identificada con ese pelo, aunque solo fuese ondulado. Es verdad que pensaron en la diversidad al hacer muñecas de distintos colores (que no de distintas razas, porque todas tenían la misma cara), pero es que déjenme decirles: sólo faltaría.

Un juguete con el que juegan miles de niñas en todo el mundo tiene que ser representativo. Cualquier niña tiene que poder sentirse identificada y algo tan básico como puede ser el pelo no se les pasó por la cabeza. Rubias, morenas, blancas y negras todas las Barbies tenían melena larga y lisa. Pues a mí no me vale. Igual que no me valía en su momento. La Barbie, como muchas otras cosas, tiene la responsabilidad de haber creado un problema en muchas niñas con su aspecto físico, aunque solo me centre en lo del pelo. El hecho de no tener representación hace que el
pelo rizado (que es algo de lo más común) se vea como algo feo, ajeno o que simplemente está mal. Cuando hay algo que está mal, inmediatamente tendemos a ocultarlo. En este caso, alisarlo.

Lo primero que pedí en Navidades cuando fui un poco más mayor fueron unas planchas del pelo. Podía pasarme horas y horas alisando con tal de no llevar mi pelo natural. Hoy en día lo pienso y me parece ridículo, pero todavía revivo esa sensación de sentirme horrible por causa de mi pelo y en cambio sentirme una diva cada vez que salía de la peluquería con el pelo recién alisadito.

Ahora que estamos en el 2018 y POR FIN han sacado Barbies diversas, como la Barbie curvy o con pecas, por favor, hagan más Barbies con pelo rizado. Las niñas con pelo rizado también deben sentirse guapas y es tan fácil como darles una muñeca y que alguien les diga que su muñeca es bonita.

 

Alba Nonstop