Hasta hace unas semanas no era yo una chica de relojes. Más bien me fiaba o bien de mi intuición o de que mi teléfono móvil no se muriera en cualquier momento inesperado. Llevo meses viendo a la gente a mi alrededor con unas pulseras increíbles y mi cabezonería me llevaba a pensar que menuda necesidad de llevar semejante armatroste en la muñeca. Claro que ni yo misma me había dado cuenta de lo que me estaba perdiendo.
Por eso cuando me regalaron el Smartwatch Ubiq de Prozis fui algo reticente al principio. ‘Es una súper novedad‘, ‘dale una oportunidad porque vas a alucinar‘, ‘es la mejor manera para conocer tu rutina e intentar cambiar hábitos‘. Vale, todo me sonaba a aburrimiento… hasta que la probé.
¿Qué tiene de genial el Ubiq? Lo primero, su precio. Si os ponéis a bucear por la red os daréis cuenta de que cualquier Smartwatch que se precie rondará los cien euros en adelante, este modelo de última generación lo podéis encontrar en la web de la conocida marca por tan solo 69,99 euros. Y como no solo del precio vive un producto, sus funciones son súper completas.
Yo no soy ningún genio en esto de la tecnología, y aun así os puedo asegurar que la puesta en marcha y funcionamiento de este Smartwatch es muy sencillo. Para comenzar, lo pondremos a cargar. Ya os voy adelantando que la batería dura y dura y dura. En mi caso no he tenido que volver a cargarlo hasta bien pasados 5 días (usándolo a diario). Una vez lo tenemos a tope, será el momento de descargarnos la app ‘ProzisGo’. Es completamente gratuita y vais a flipar con toda la info sobre vuestro propio cuerpo que os va a proporcionar.
Una vez tenemos la app en nuestro teléfono, es la hora de sincronizar reloj y aplicación. De esta manera los datos que la pulsera recopile serán enviados automáticamente al teléfono. Tan fácil como activar el Bluetooth y buscar el reloj entre los dispositivos. Entramos en la app, sincronizamos, y ya estamos listas.
La aplicación nos permite modificar nuestro perfil de manera que podamos marcarnos nuestros propios objetivos. Empezando por señalar peso inicial, altura, cantidad de agua que bebemos al día (o de café)… Además, gracias a la información que el Smartwatch le irá ofreciendo, ella sola nos dará datos objetivos como las predicciones de peso (en función del deporte que hagamos o de las calorías que consumamos) e incluso medirá nuestras horas de sueño. De repente tenemos tantos datos sobre nosotras mismas que vamos a ser conscientes de que no teníamos ni idea de cómo era nuestra rutina, os lo aseguro.
Volviendo a la pulsera, si bien es cierto que yo no soy la persona más fit del planeta Tierra, lo que me ha flipado es lo mucho que desconocía mi día a día. Ubiq no mide tan solo la distancia recorrida a lo largo del día sino que también te marca retos personales. Ofrece también diferentes opciones de entrenamiento, puedes indicarle el tipo de deporte que vas a realizar y te acompañará dándote al final los datos del ejercicio. Mide también la frecuencia cardíaca y ya no solo eso, sino que guarda en la app las distintas mediciones para hacer una gráfica interesantísima.
Sin duda uno de los puntos que más me ha gustado ha sido el denominado, ‘RELAX’. Imagínate, tienes un día a tope y no consigues desconectar. Con pulsar esta opción, Ubiq te da la posibilidad de relajarte durante un minuto o dos. Marcando acompasadamente las tomas de aire, ‘respiraaaaa – expiraaaaa…‘ junto con una ligera vibración, doy fe de que funciona a la mil maravillas.
Por supuesto, estamos hablando de un reloj inteligente, y todo aquel que se precie tiene que mantenernos conectados. Así que por descontado, si le damos el permiso, Ubiq también recibirá mensajes, Whatsapps, notificaciones de cualquier red social o incluso avisos de llamadas entrantes. Una manera perfecta de poder consultar las redes sin necesidad de sacar nuestro teléfono del bolso. Puedo sonar exagerada, pero me parece lo más el poder consultar mis mensajes en mi muñeca.
Es ligero y elegante. Un regalo perfecto si queréis quedar guay con pareja, familiares o amigos. Mismamente si os queréis hacer un autoregalo molón y muy funcional, es la idea perfecta. Aquí la escéptica de turno se ha tenido que poner un puntito en la boca porque desde ya, porque chica me ha encantado.
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