Hoy hace 8 años que me dejó, y la siento más cerca que nunca.

Era guapa, pero guapa de cojones. Era divertida, y decía lo que le daba la real gana en cualquier momento. Era la persona más presumida que he conocido en mi vida, y también la más cabezota.

Era una abuela peculiar, no llevaba caramelos en el bolso ni tenía preparadas galletas cuando llegabas a su casa. Tampoco te daba dinero a escondidas para ir a la tienda de chuches ni te hacía bufandas de lana para soportar el invierno. Era una abuela diferente y tenía sus momentos de locura, pero era, sin duda, la mejor.

A ella no le importaba lo que pensaran los demás ni lo que dijeran. Conseguía lo que quería siempre y no había persona o cosa que se le resistiese, hasta que un día, hubo algo que hizo que se rindiera. Ella afrontó su enfermedad con fuerza y sin perder nunca las ganas de vivir, pero en sus últimos meses a mi lado la vi dejar de comer, dejar de hablar y hasta dejar de reír. Y es que, no hay nada que se pueda hacer cuando esa puta mierda a la que llamamos cáncer asoma por la ventana y es demasiado tarde. Qué duro es ver a alguien a quien quieres y admiras tanto ir apagándose, hasta que llega un día que ves en su cara hay una expresión placentera, casi feliz, y te das cuenta de que se va, y que aunque a ti te rompa por dentro, ella necesita descansar.  

Hoy quiero decirte que te siento aquí cada día, que se que no me has dejado y que nunca lo harás. Quiero que sepas que nunca olvidaré tus ojos castaños ni tu nariz respingona. Que para mi, La Princesa Prometida siempre será nuestra película. Que te recordaré siempre con tu traje de chaqueta de color rosa palo y tus horquillas de colores. Que se que me mandas señales, y que siempre te hago caso. Que se que me estás viendo, estés donde estés, y que sólo espero que estés orgullosa de mi.

Y a ti, que me robaste a mi abuela mucho antes de lo que tocaba, quiero decirte que si vuelves por aquí, estaremos esperándote y lucharemos contra ti como lo hizo ella, sin perder la fuerza ni la sonrisa.

Alba Manzor

P.D.: Para ti, que seguro que estés donde estés, te has hecho el ama de la finca.