Demasiado. Demasiado para todo. Odio esa jodida palabra. Demasiado joven para tomar decisiones, demasiado “rellenita” para considerarme delgada, demasiado “poco” rellenita para considerarme gorda, demasiado guapa de cara para tener ese cuerpo, piernas con demasiado muslamen, demasiado lista (un momento, esto se supone que es bueno pero en los tiempos que corren yo ya empiezo a dudarlo)… Estoy cansada de oir la palabra demasiado sólo para cosas malas.
Cansada de que los que dicen “demasiado” no se miren ellos primeros al espejo, cansada de tener que escuchar juicios de los demás cuando no son capaces de soportar las verdades que van de ellos. Demasiado, ¿QUÉ? DEMASIADO AGUANTAMOS.
Estoy hasta al mismísimo papo de que se permitan hacer juicios sobre mi porque soy una chica, una chica bonita pues al parecer dentro de los derechos humanos, existe en el que se puede opinar de los demás cuando se quiera y no. No me da la gana, no me sale de ahí que opinen más de mi. ¿Acaso nadie entiende que la vida es para vivirla? Pues no, parece que todo el mundo tiene complejo de Gran Hermano y tiene que andar cotilleando la vida de los demás. ¡ Iros al carajo!
Porque no, no me vas a venir a decirme que hacer o que decir porque te haga ilusión aparentar. Los sueños que quieras cumplir que solo te incumban a ti pero a los demás los dejas en paz. Estoy hasta las narices de que para que los demás sean felices, tengamos que sacrificar nuestra felicidad. A tomar viento y viva el egoísmo. Mi egoísmo, ese que quiere ser feliz. Feliz porque me gusta sonreír, disfrutar de la vida, feliz porque soy lujuriosa de la felicidad. ¿Qué pasa?
Así que la próxima vez que escuche a alguien decirme la palabra “demasiado” una de dos, me lio a hostias o les pienso corregir: Demasiado cool para andar escuchando tus mierdas, demasiado guapa para aguantar tu envidia, demasiado lista para no darme cuenta que tus consejos no es más que un reflejo de tu complejo de inferioridad. Anda, súbete la autoestima como quieras ( yo te recomiendo con chocolate, barato y orgásmico) pero no a mi costa, que una cosa es que se lleve el low cost y otra que esté aquí para que me toques las narizotas.
