Toda la vida he sido diferente. Por tener un género diferente, un cuerpo no normativo, una forma de pensar distinta… Y hay muchos ambientes donde no habría sobrevivido. Así que no me tocó más remedio que desarrollar un pensamiento autónomo y un amor propio muy grande.

La gente puede verme aparentemente muy fuerte, pero los más fuertes son los que antes se han roto en mil pedazos. Aunque de los malos momentos hay que salir habiendo aprendido a reír. Y a volar. Porque si no sabes volar, nunca podrás cambiar de viento. Y aprendes a volar porque se te acaba el suelo.

A lo largo de la vida harás muchas amistades, amantes y amores. Confiarás en gente, lo darás todo a cambio de nada. Pero gente con tu misma esencia… pocos. A la mayoría de la gente las quieres por el roce. Y el roce hace el cariño. Estar día a día con alguien provoca intimidad, confianza, risas. Pero si pasan 5 años en los que no mantenéis contacto, os veis, y luego no sabéis de qué hablar, cuando antes erais uña y carne, sabréis de lo que hablo.

En cambio ésa gente que ha ido evolucionando, de forma diferente pero paralela a ti, que no importa dónde ni cuándo os volvéis a reencontrar y parece que el tiempo no hubiera pasado. Gente diferente. Gente con vuestra misma esencia. Con los mismos hobbies raros. Con los que os reís de una mueca, que nadie más entiende. Con los que no es necesario fingir que eres buena persona. De esos, os tropezaréis con 7 u 8 como mucho. El reto de la vida es encontrarlos.

Y no soy capaz de fingir. Me pasa con frecuencia que me muestro real y no me creen. Es el problema de vivir en un mundo plagado de apariencias. Y puedo no agradarle a un montón de gente, pero es que un montón de gente no me importa. Sólo me importan unos pocos, y esos se llevan todo el sentimiento. Prefiero que no me soporten a que finjan que me aceptan.

Soy de esa clase de personas que quiere que el correcaminos aunque sea una vez alcance al coyote.
 .
@LuciaLodermann
 .

Foto destacada