Bendita frase que nos repiten desde pequeños, pero qué difícil es llevarla a cabo cuando eres mayor. Porque todos le hemos dicho a un colega alguna vez: ‘claro que sí tío, lánzate, quien no arriesga no gana’, pero nos hemos acobardado como huevones cuando nos ha tocado a nosotros tomar LA decisión.
Obviamente no hablamos de elegir entre llevar medias negras o grises por la mañana, sino de esos momentos en los que la vida te plantea tomar decisiones que lo cambiarán todo. ¿Me mudo o no de ciudad? ¿Dejo a mi novio de toda la vida o espero a ver si la cosa mejora? ¿Dejo de tomar la píldora para quedarme embarazada?
Y la que me ha tocado a mi de cerca hace poco: ¿dejo mi curro de años y la estabilidad que me aporta para dedicarme a mi pasión aunque eso implique la probabilidad de no llegar a fin de mes?
Desde fuera la decisión parece obvia: todos queremos dedicarnos a lo que nos gusta. Pero claro, lo que nos gusta no siempre paga las facturas, y cuando tienes 32 años y la intención de formar una familia relativamente pronto, ya no solo puedes pensar en lo que te apetece, sino también en lo que te dará de comer a ti y a los tuyos en los próximos años. Hice mi balance de pros y de contras y me lancé al vacío o podemos llamarlo también, a la dura vida de autónomo.
La verdad es que ahora trabajo el doble de horas que antes, pero mi felicidad también se ha multiplicado por 2. No es solo no tener jefe (lo siento amigo, no te echo NADA de menos), es que aunque tengas que dejarte la piel, lo harás con la satisfacción de cuidar a un hijo, algo tuyo que ha salido de tus entrañas (o en este caso de tu creatividad) y a lo que no importa dedicarte sin mirar el reloj.
Todavía hay semanas en las que me pregunto qué coño hago con mi vida y si no resultaría más fácil volver a una oficina y recibir un sueldo fijo a fin de mes. Pero basta un mail de un cliente satisfecho o saber que tengo total libertad de horarios para conciliar, para darme cuenta de quien no arriesga no gana, y yo he ganado por goleada.
Y sé que como yo estamos tantos, tantísimos, luchando cada día, arriesgando y tratando de confiar en su instinto. Aprendiendo de los errores e invirtiendo en los sueños más locos. Nos llaman ya la Generación 43, la generación que no se rinde. Porque yo también pertenezco a ese grupo de los que no quieren ver su vida pasar sin control, porque prefiero amar mi trabajo y quitarme de caprichos que vivir atormentada por un curro que no me llena. ¿Y tú?
Redacción WeLoversize
5 comentarios
Yo en este tema es que tengo sentimientos muy contradictorios… Veamos, como muchos a mí también me gustaría vivir de un imposible (en este caso la traducción literaria y/o médica), joder, si hasta me quedaría cuajada al ver que me pagan por eso! ¿Sería maravilloso? Sí ¿Apoyo la idea de «quien no arriesga, no gana»? Absolutamente. ¿Me lanzaría yo misma a la piscina? Ni de fly.
Es una pena, pero los avatares económicos nacionales y el cómo me han afectado a mí misma y a mi familia han arrancado de raíz ese momento de ilusión ilusa en el que se piensa: P’ALANTE.
En mi opinión lo más importante es tener una red sobre la que aterrizar si caes; y ojo, no digo una red económica que es lo que muchos piensan (que también ayuda jaja) me refiero a algo mucho más elemental: contactos/amigos/colegas. Ahora mismo, si yo gozara de un círculo social amplio, de todos los lugares, todas las edades, todas las profesiones posibles… Quizás, sí que me lanzaría a la aventura con la seguridad de que si me sale mal puedo llamar a X o Y para decirle «tío, intenta a ver meterme de camarera en el pub ese de tu colega que me dijiste». Y, por otro lado, tener una vida social como la de Alaska en la canción, qué duda cabe, puede ayudar y mucho a la expansión del proyecto en cuestión.
Comentario by Sara RM on 15 de noviembre de 2016 at 10:16Tal y como yo veo el mundo a día de hoy (porque todo muta jaja), ahí reside gran parte del éxito cuando uno se lanza, esa parte que no domina la suerte, el destino o la serendipia.
:)
Comentario by J. Uskglass on 15 de noviembre de 2016 at 11:39Yo también estoy ahí. Mucho ánimo :D
Mi mas sincero respeto y reconocimiento por el salto. Se requiere una voluntad y un valor que yo solo me atrevo si veo las cosas muy claras y con posibilidades. Pero nunca se es demasiado viejo para cometer una dulce locura.
Comentario by Fredi Suarez on 15 de noviembre de 2016 at 12:57A veces necesitamos leer artículos como este para tomar ciertas decisiones. Son el pequeño empujón que te faltaba para decidirte. Felicidades chicas de WeLoverSize por todo vuestro trabajo y por ayudarnos a las demás cada día a ser un poco más felices. ;)
Comentario by Raquel Acosta on 15 de noviembre de 2016 at 16:10gracias a ti Raquel! :)
Comentario by weloversize on 15 de noviembre de 2016 at 16:19Política de Comentarios de Weloversize
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