La curiosidad no mató al gato, hizo que el gato se acostumbrara a eso nuevo. Por eso, mis querides amigues, os animo a que preguntéis. Seguro que si lo hacéis con educación esa persona no se ofenderá. Me veo obligada a puntualizar que NO VALE PREGUNTAR A ALGUIEN A QUIÉN NO CONOCEIS, en ese caso, por mucha educación que tengáis, estará en su derecho de mandaros a la mierda.

Cuando era más pequeña no acababa de entender porqué generaba tanta curiosidad lo de mi discapacidad. Hasta que tuve un profesor sin una mano en mi clase de matemáticas. Me pasaba la clase mirando el muñón y haciéndome mil preguntas. Era pura curiosidad, natural. De haber estado más normalizado no me habría llamado tanto la atención. Así que ahí van mi top ten de preguntas.

  1. Cómo vas al baño? Pues bueno, cada enfermedad es un mundo. En mi caso, necesito la ayuda de otra persona para usar un aparato que se llama akuakalda. ¿AkuaQUÉ? Akuakalda, es un aparato del tamaño de un taburete que me ayuda a hacer las transferencias de la silla al váter. Sé que no queda del todo claro… pero es realmente difícil explicarlo por escrito, por eso os insto a que busquéis el youtube: transferéncias akuakalda
  2. Dónde duermes? Esta pregunta me hace mucha gracia porque me parece muy obvia, EN MI CAMA. Cómo si los discapacitados no nos pudiéramos mover de nuestras sillas. Pero me la hacen mucho
  3. Cómo lo haces para vivir sola? Pues esta es una buena pregunta, de hecho, no lo tengo claro ni yo. Ahora estoy viviendo en una residencia de estudiantes y, claro, es todo mucho más fácil porque me hacen la comida, limpian la habitación y los trabajadores me echan una mano cuando lo necesito. Para ayudarme en las cosas más personales (duchas y baños), tengo contratada por horas una Asistenta Personal que me ayuda en todo aquello que yo no puedo.
  4. Pero tienes sensibilidad? Hay tropecientos tipos de enfermedades y la inmensa mayoría tenemos sensibilidad. Así que si, en mi caso si que tenemos sensibilidad. Tengo una anécdota con una amiga que se creía que no tenía sensibilidad y me daba pequeñas patadas por debajo de la mesa para comprobarlo, pero claro, como eran muy suaves yo creía que solo se habían rozado nuestras piernas y nunca me quejaba… Así que ella creía que no sentía nada. HAY QUE PREGUNTAR.
  5. – Puedes tener sexo? Todo el mundo puede tener sexo. Hay muchas formas de vivir la sexualidad. Next question.
  6. Puedes levantarte? ¿y mover las piernas? No y si (repito, en mi caso). Siempre vuelvo a lo mismo, hay tantísimas discapacidades… por lo que yo sé, muchísimas enfermedades te dejan moverte aunque sea un poco y eso no implica poder levantarte.
  7. Qué es lo peor de ir en silla de ruedas? Uff… Gran pregunta. Yo creo que en cualquier persona depende del día. En verano lo peor es no poder lanzarme en bomba a la piscina. En mi adolescencia era simplemente el ser distinta.
  8. Cómo lo llevas tan bien? Simplemente he asumido que estas son las cartas con las que me toca jugar y que pienso ganar el juego. Todos tenemos condicionantes ¿El mío es una silla de ruedas? ¡Okey, sigamos!
  9. Cada cuánto cargas la silla? Normalmente cada noche por si acaso al día siguiente me surge un plan que requiere mucho movimiento, pero en realidad cada dos o tres noches valdría. Las sillas eléctricas se enchufan a la corriente y con unas 6 o 7 horas están completamente cargadas (aunque el tiempo depende de lo descargada que estaba) y una buena batería te puede durar toooodooo un día de movimiento
  10. Cómo te ha ido el día? ¡Genial, gracias por preguntar! No todo gira alrededor de la silla.