¿QUIÉN FUE LA PRIMERA MUJER QUE DISFRUTÓ EL SHIBARI? 

El Shibari es el arte de atar a través de las cuerdas para alcanzar placer a través del dolor. Tiene su origen en el Japón de la época Edo, entre 1400 i 1700. Los practicantes lo utilizaban para transportar a los prisioneros ya que en dicha época, el hierro, el elemento con el cual se realizaban las esposas, era bastante escaso, por lo que se las tuvieron que ingeniar para crear alternativas plausibles. Así fue como, con el paso de los años, pasó de ser un arte de guerra a ser una práctica conocida por las mujeres de estos guerreros. 

Fukui Kanae, la primera mujer que disfrutó del Shibari. Sorprendentemente, fue de manera accidental, mucho antes de que el Shibari contemporáneo, tal y como lo conocemos a día de hoy. Concretamente, la práctica de la que pudo gozar se conocía como Semenawa. En esta práctica de Shibari, se utilizan las cuerdas para producir dolor de manera deliberada. 

El Shibari que se practica actualmente, encuentra sus inicios en el Hojojutsu un arte marcial nipón en el que se capturaba e inmovilizaba a sus oponentes utilizando las cuerdas. Esta práctica era una de las 18 aptitudes de lucha en las que educaba a los guerreros japoneses. 

Dentro de esta práctica, la categoría Honnawa consistía en atar prisioneros para su transporte, haciendo ataduras que cumpliesen estas cuatro condiciones: 

  1. El prisionero no podía escapar ni dislocándose las articulaciones. 
  2. El prisionero no podía entender el proceso de atado. 
  3. La atadura no debía cortar la circulación ni lesionar ningún nervio.
  4. La atadura debía ser bonita. 

Fukui Kane, la protagonista de nuestra historia, fue arrestada en el siglo XIX, más concretamente en el año 1871, bajo sospecha del asesinato del que fuera su patrón. La muchacha tuvo que vivir las torturas a través de las cuerdas durante tres largos y duros años. Al contrario de lo que se suponía, no obtuvieron ninguna confesión. Los verdugos no entendían como, a después de pasar por los cuatro niveles de tortura, la mujer seguía sin confesar. 

shibari

Después de muchas prácticas diferentes y de probar alternativas, vieron que las torturas tenían el efecto contrario al buscado: el dolor se convertía en placer. 

El desenlace no fue el esperado. Finalmente la liberaron sin conseguir una confesión y el caso del asesinato no tuvo resolución. 

Podéis encontrar la historia ampliada en el libro de Master “K” llamado The Beauty of Kinbaku

GRIS :)