Si has entrado aquí posiblemente es porque no estés pasando por una buena racha amorosa. Seguramente hay una relación tortuosa a la que no puedes dar carpeta final  y que te hace daño. Déjame decirte que posiblemente estés sufriendo sadismo emocional.

Sabes que una persona es sádica emocional cuando hace caso omiso a tus sentimientos. Sólo piensa en su propio beneficio y no es capaz de sentir empatía hacia el sufrimiento ajeno pese a que le has dicho por activa y por pasiva que te está haciendo daño y que no puedes seguir así.

¿Te suena alguien?

El problema es que al principio es muy difícil reconocer que estás junto a un sádico, porque claro, los mandaríamos a tomar por culo a la primera de cambio. No chatas, un sádico o sádica al principio pone su mejor cara, son personas maravillosas con las que te apetece pasar cada santo día de tu vida y que les falta medio pelo para que pongan su foto en el diccionario junto a la definición de perfección.

Las banderas rojas vienen mucho después, cuando ya han tejido su telaraña y saben que te tienen completamente dentro. Empiezan con pequeños gestos, detalles aislados que en principio son insignificantes pero que hacen que empieces a cuestionarte si estás haciendo las cosas bien, si eres suficiente. El peligro está en el momento que empiezas a justificar, a minimizar sus comportamientos porque cómo va a disfrutar mi pareja destrozando mi autoestima, haciéndome pequeña.

Al final este tipo de comportamientos si no ponemos remedio acaban minando nuestra propia concepción, volviéndonos seres dependientes emocionales de una persona que omite voluntariamente nuestros sentimientos por puro egoísmo e interés.

¿Y tú? ¿Has sentido alguna vez que a tu pareja no le importaban tus sentimientos y tenía una actitud narcisista?