Hay mil recetas similares online, así que esta es un batiburrillo de varias que he probado y que a mi me funciona para cuando tengo mono de dulce pero no quiero comer cochinadas. Es una receta fría, aviso, perfecta para el calor que se viene.

Se trata de una tarta de queso (aunque yo suelo hacerlas en versión mini para tener de postrecito) mega fácil de hacer y que está riquísima. Puedes añadirle base de galleta o mermelada por encima, pero yo vengo a darte la receta básica para la tarta en si misma, luego ya tú le añades lo que quieras.

 

¿Qué necesitas?

Una tarrina de queso de untar light

6 láminas de gelatina

Medio litro de leche

La ralladura de un limón

Edulcorante (yo uso eritritol, que es una fantasía)

NADA MÁS

Primero ponemos las láminas de gelatina en un bol con agua fría.

Mientras se quedan ahí ablandándose, ponemos medio litro de leche en un cazo con la piel ralladita de un limón. Calentamos, y justo antes de que llegue a hervir, retiramos. Hay gente que en este paso mete también canela, pero a mi no me convence porque no es un sabor que me encante, prefiero solo el limón.

Colamos los restos del limón para evitar los grumitos, y con la leche caliente aprovechamos para mezclar con la tarrina de queso, la gelatina (previamente escurrida) y el edulcorante. Puedes mezclar con barilla, pero en mi caso todavía quedaban grumos así que le di una pasadita por la batidora para que la mezcla quede unificada.

Con la mezcla lista, solo tienes que echarla en un molde (en mi caso en 8 mini moldes) y dejar enfriar en la nevera.

Como os comentaba, podéis hacerle una base de galleta integral y queda deliciosa. O echarle unos frutos rojos por encima, y maravilla. Pero a mi así a pelo ya me vale.

El postre o merienda perfecto para comer algo sanito y delicioso <3