Primeras citas. Probarte el vestido negro frente al espejo para salir con el chico de tu curro con el que coqueteas en el vending. Hacerte la raya del ojo y guiñarlo así para salir con ese tío que conociste online y cuyos whatsapps te sacan los colores, las sonrisas. Pintarte los labios y hacer morritos para salir con esa cita a ciegas que un amigo en común ha planificado. Mandarte al espejo un beso volado. Salir con ese chico. Hacerte un selfie. Salir con ese chico. Subirlo a instagram y sentirte lo más de lo más. Salir con ese chico.
Como si fuera tan fácil, oiga.
Basta que comentes que tienes una cita para convertirte en cero coma nada en la Bridget Jones de tu grupo y que tus citas, más que citas, parezcan una consulta ciudadana. Todos parecen tener una opinión sobre qué, por qué, cuándo, dónde y cómo debes comportarte: vestirte así pero no tanto. Hablarle así pero no mucho. Mostrarse así pero sólo lo justo. ¿Sabes qué opino yo? Que nadie tiene que opinar NADA, fíjate. Aunque te quieran mucho. Aunque lo hagan de corazón.
AMIGA MÍA: Rompe todas las reglas que la Cosmo y tus colegas te dicen que sigas en las primeras citas. Rómpelas todas. En las primeras, las segundas y las últimas.
«NO ACEPTES UNA SALIDA DE ÚLTIMO MINUTO»
Para salir un sábado te tiene que avisar, como muy tarde, el miércoles.
Pues mira: mola cuando tienes la cita del sábado planificada desde el jueves (para poder probarte todo el H&M y depilarte como dios manda), pero molan también las citas espontáneas con un whatsapp tardísimo de ¿Qué haces? – ¿Un cine? – Venga va. No todo en la vida se puede planificar y hay momentos que, si te apetecen, hay que cogerlos así, al vuelo.
«ESPERA A QUE SEA ÉL QUIEN TE INVITE A SALIR»
Y que se curre la cita en plan Richard Gere en Mujer Bonita, oiga.
¿Pero qué me estás contando? Tú también puedes demostrar que estás interesada en vez de incordiar a tus amigas con tus quejidos de ¿Pero POR QUÉ no me invita a SALIR? Si el tío pasa de ti olímpicamente y ya has perdido la cuenta de las abuelas que se le han muerto, tendrás claro más pronto de lo que crees de qué va y dejarás de imaginarte escenarios imposibles en la cabeza. Venga. Proponle unas cerves después del trabajo.
«DEJA QUE EL CHICO LO PAGUE TODO»
Porque un chico que merece la pena es aquel que se deja el sueldo en ti.
Pero vamos a ver: si estamos luchando por la igualdad de género, dejar que el chico pague todo sólo refuerza todas aquellos muros de macho-mens que queremos derribar. ¿Si él te invita y se ofrece a pagar? Pues guay. ¿Si tú te estás alimentando de pasta y atún y él vive en un puto castillo? Pues venga. ¿Que a ti te apetece invitarle, tirar la casa por la ventana y poneros ciegos de sushi con barquito y todo? Pues genial. Que pague quien pague da igual, pero no esperes que él lo haga siempre: no somos millonarios. Excepto, repito, si hay castillo.
«NO HABLES DE TEMAS CONTROVERTIDOS»
Ni de religión ni de política ni de sexo ni de tu pasado sexual ni de nada de nada.
Si tú eres politóloga pero la última vez que tu cita leyó el periódico Zapatero aún estaba en el gobierno pues no, quizá la política no sea buen tema. Pero si a ambos os apasiona el conflicto palestino, ¿POR QUÉ NO? Hace poco me dijeron que cuando saliese con un chico no le contara sobre los posts que escribo porque lo único que iba a lograr es que sólo me busquen por sexo. ¿Pero estamos todos locos o qué? Mis opiniones me hacen quien soy, y mi pasado sexual (ese número) no me hace mejor, peor, ni tiene ningún impacto en mi valor. #sexodignidad
«NO BEBAS DEMASIADO»
Porque las CHICAS se emborrachan: las MUJERES beben una copa o dos.
Estoy convencida de que la mayoría de mis kilos de más se los debo a la Ribera del Duero y ¿sabes qué? Me avergüenza cero. Me gusta beber. Si bien soy muy cara de emborrachar (resistencia que he construido a punta de esfuerzo y determinación), no hay motivo por el cual tú no puedas beber lo que te apetezca beber. Si quieres que te dé un coma etílico a punta de mojitos pues hala. Salud.
«NO TE ACUESTES EN LA PRIMERA CITA»
Pero vístete sexy. Sácale el jugo al wonderbra y muestra pierna con las medias de rejilla.
En resumen: sé una calientapollas.
A ver, a ver, a ver. El acostarte con alguien en la primera cita, en la quinta cita o NUNCA es una decisión que se toma caso a caso y no hay fecha de consumo preferente, porque tu cita no es un yogurt. Hazlo si te apetece y sin culpas ni malos rollos si al día siguiente la tierra se lo traga y no vuelves a saber de él nunca más. Tendrás sexo de nuevo. Tendrás sexo mejor. Y vístete como te venga EN GANA. ¿Quieres mostrar canalillo? Pues bien. ¿Quieres guardarte los melones para el final de la cita, como una especie de Bonus Track para aquellos chicos que se hayan escuchado tu disco entero? Pues fabuloso.
Arriésgate a hacer las cosas diferente. ATRÉVETE. Sé tú: sé quien quieres ser. Quizá esta cita no sea el amor de tu vida, pero puede ser el amor de tu día, de tu momento. Y la vida son eso, momentos. Total, las historias interesantes (las de verdad) no las crean las personas que siguen las reglas. Por mi vida que no.