Sí, todas y todos soñamos con tener a nuestro lado ese maravilloso príncipe azul que tanto nos ha intentando meter Disney en la cabeza. Un chico maravilloso, perfecto, ideal, que nos trate como a una reina, que nos quiera y que además, esté buenísimo. Y oye, no tiene nada de malo. Pero al cabo del tiempo ese increíble portento pasa de príncipe azul a Homer Simpson y no te has dado ni cuenta.

A ver, que después de 17 años de relación obviamente lo adoro con todo mi corazón, pero ¿qué ha pasado con esos abdominales? ¿Y esa mata de pelo que tenía en la cabeza? ¿Qué ha sido de la clase vistiendo? Y es que, la magia del principio de las relaciones es solo eso, EL PRINCIPIO. Es normal que idealicemos a nuestra pareja porque en los primeros meses e incluso, el primer año, todo es maravilloso, como un cuento de hadas.

Los dos queréis estar perfectos siempre, os arregláis para absolutamente todo, hasta para ir a comprar el pan, solo por si las moscas. Intentáis ser lo más educados, cariñosos y románticos posibles. Y no está mal claro, pero la realidad es que en el día a día cada uno somos personas, con nuestros defectos y nuestra forma de ser, y darling, no podemos estar perfectos siempre. Que no te coma la cabeza Kim Kardashian, que ella no va por su casa tan maquillada, vestida y arreglada.

Supongo que yo también he cambiado con los años. Joder, son casi 20 años, ¡¿no voy a cambiar, cojones!? He cogido unos kilitos, me depilo menos veces, no me arreglo tanto y…. me siento feliz e increíblemente orgullosa de mi misma. Aunque lo divertido es verlo reflejado en tu pareja también y ver como pasa poco a poco de príncipe azul a Homer Simpson con los años.

Los músculos que tenía, debido a la falta de tiempo para ir al gimnasio, han ido desapareciendo, y se han convertido en una preciosa y redonda barriguita cervecera donde apoyar las latas. Que oye, un plus que le doy, me ahorro una mesa auxiliar para las bebidas. Y qué decir del pelo… jajajaja…. Lo que era el tupé de Ken, se ha convertido más en el posible padre de Barbie que otra cosa. Me gusta, no os confundáis, esa calva tipo Pep Guardiola me pone.


En fin, todo esto no tiene por qué ser malo, si es algo que se ha llevado con salud y felicidad solo significa eso: FELICIDAD Y COMODIDAD CON TU PAREJA. Y eso, no puede ser mejor. Además, es bonito ver como habéis cambiado los dos con el paso del tiempo y aprender a aceptaros a vosotros mismos tal y como sois ahora, sin querer tener el cuerpo que tuvisteis una vez.