SABES QUE TE HACES MAYOR CUANDO…

Nos hacemos mayores chicas. Todas. Me da igual si estás en la década de los 20, de los 30, 40, 50, …. aquí todas vamos sumando ¡y que no pare! Hacerse mayor es madurar… adquirir experiencia… bla bla bla… que bonito todo, que bien lo asumimos, hacerse mayor ya no importa… ¡UNA MIERDA QUE TE COMAS! Te jode tanto a ti como a mí. Y lo sabes. ¿Que lo negaremos en público y diremos que a nosotras la edad no nos afecta?… eso también lo sabes. 

Hoy paso por aquí para enseñarte los signos de que la madurez llama a tu puerta. Pero no haremos un repaso de lo evidente, como que te llamen señora o aparezca una cana. No. Ahondemos un poco más. ¡Saquemos los trapos sucios señoras! (Uy perdón… chicas, quería decir chicas…).

Esto de hacerse mayor no empieza así de repente, ni empieza a los 30… ni a los 40… las de 20 tampoco os libráis bonitas. Todavía recuerdo un día de fiesta con mis amigas, como cada finde, en el que vi a una cuadrilla de chavales de unos 14 años bebiendo y pensé “Madre mía… cómo van para la edad que tienen…” ¡¡ZASKA!! Ahí se me activó el cronómetro de la cuenta atrás hacia la vejez. Y desde entonces he intentado quitarle las pilas pero nada, sigue descontando el hijo de perra. 

Este fue el primer signo que yo recuerdo, pero que olvidé a base de chupitos. Después han ido llegando más… y más… y cada vez más… Vamos a enumerar unos cuantos y a recordar los test de la “Super Pop” o la “Vale”, vete respondiendo sí o no y al final tendrás los resultados.

Como primer punto, si has entendido la referencia a las revistas anteriores, lo siento pero es un claro signo de que eras ya una adolescente crecidita hace 20 años cuando aún se vendían revistas en formato impreso.

Cuando vas al supermercado el último pasillo por el que pasas es el de licores y llevas ya el carro lleno hasta arriba. Y cuando compras alcohol miras lo que cuesta pero no para gastar lo mínimo, sino porque sabes que la resaca será inversamente proporcional al precio.

Antes de salir de casa miras el tiempo que va a hacer durante todo el día. Y aun así te llevas un “por si acaso” en forma de chaqueta que te quepa en el bolso, paraguas plegable, guantes y bufanda, …

De tu bolso han desaparecido lápices de ojos roídos, vasos de chupito de plástico y tampones a medio abrir, para dejar paso a vales de compra, crema facial anti radicales libres y una botellita con una frase inspiradora donde te llevas infusiones.

– Si vas al gym te da igual repetir modelito o si las mallas pegan con el sujetador. 

– No recuerdas bien cuándo saliste de marcha por última vez. Y cuando sales lo preparas más que una boda. Elegir bien el restaurante…. reservar con antelación… Y sobre todo, después de cenar no tienes muy claro a dónde ir.

– Después de hablar con tus sobrinos/hijos de amigos/cualquier joven que se te cruce por delante, acabas buscando en Google mínimo una o dos palabras.

– Hace años mandabas SMS y además sabes lo que es un MMS.

Te apetece más un plan de sábado por el día porque así puedes aprovechar también el domingo (que acabas aprovechando… pero para limpiar)

– Todo el mundo te parece muy joven. Al ir al médico te preguntas si las enfermeras serán mayores de edad. Dudas de si las profesoras del colegio habrán acabado la carrera. Te sorprende que Fulana se haya independizado “¡Si es una cría!”, pero resulta que le echas 10 años menos de los que tiene.

¡Muy bien chicas! Podéis hacer el recuento y leer abajo los resultados:

Si has respondido que NO a todas: Sinceramente no sé cómo has llegado hasta aquí sin dejar de leer, gracias por tu atención y estate atenta porque la madurez acecha.

Hasta 5 repuestas positivas: Nena deja de huir, la madurez te ha alcanzado. Intentas escapar… y se valora tu esfuerzo… pero no malgastes más energía y ríndete ya a tu destino. Te estamos esperando con los brazos abiertos y una copita de vino del bueno.

De 6 a 9 respuestas positivas: Enhorabuena, has completado el viaje. Eres una señora madura y respetable incapaces de beber vino en un vaso de plástico, de mezclar Cheetos con vodka y que miras la hora antes de tomarte un café por la tarde. No te avergüences. Somos muchas y somos fuertes. De nuestras acciones de hoy dependerá que las futuras generaciones quieran madurar. 

10 positivos ¡PLENO!: ¡Pero bueno! Tía, somos almas gemelas. A estas alturas de la vida cuesta mucho conocer gente y congeniar así… tenemos que quedar. Pero de tranqui eh… Que la resaca ya nos dura tres días. ¡Con lo que nosotras hemos sido! 

Chicas, señoras y señoritas… Hasta aquí mi “lección” de hoy. Vivida desde una treintañera que cuenta los días para adentrarse en la siguiente década. La madurez lleva años llamando a mi puerta y por fin le voy a abrir. Sin miedo y de la mejor manera que sé, con la frase adulta que más escuche de joven:

“¿Pero qué horas son estas? Madre mía como vienes…. Anda entra que te hago un Colacao calentito”.

 

Marta Toledo