La peor pesadilla de cualquier chica adolescente es parecerse a su madre en ese momento o en el futuro o cuando sea. Las madres son lo peor: nos hacen preguntas incómodas, saben cuándo estamos mintiendo y encima no se enteran de la vida. ¿Por qué querríamos parecernos a ellas? Luego, los años pasan y, muy a tu pesar, un día te encuentras repitiendo esa frase que has oído miles de veces de sus labios. Ha ocurrido. ¡Te has convertido en tu madre! Puede que tengas hijos o que no los tengas, eso es indiferente. ¿Te pilla de sorpresa? Pues te podemos asegurar que las señales han estado ahí antes de que te dieses cuenta. Un día, de pronto, las hormonas teen dejaron de actuar y entraste en el mundo adulto imitando a tu mejor modelo.
Dejas de usar tu colección de clutches
Y solo utilizas un bolso enorme que llevas cargado de miles de cosas útiles como Ibuprofenos (y no precisamente para la resaca), Omeprazol, tiritas, Kleenex, toallitas, maquillaje, el monedero, las llaves, la agenda, la libretita, un chupete, el cargador del móvil, bálsamos de labios, crema de manos, un peine… Nunca sabes quién te va a necesitar. En mi caso, me compré Le Pliage de Longchamp porqué, atención, está hecho de nylon y las manchas se van en un pis-pas. Incluso las de papilla de cereales. #soymimadre
Llevas Mom Jeans
Y no me vengas con la excusa de que están de moda. Siguen siendo los pantalones de tu madre y siguen quedando como si aún estuviésemos en los 80. Si te has resistido al embate de los pantalones de cintura alta, seguro que hay una cosa que no falla: leggings. Leggings todo el día. Son cómodos, quedan bien, no hay que desabrocharlos cuando has comido mucho. Yo confieso: tengo 3 o 4 pares de leggings negros con los que he creado mi uniforme de día a día. ¿Para qué me voy a poner otra cosa si solo me van a ver las maestras de la guardería, la cajera del supermercado y mi asistenta? #losleggingssonpantalones
Empiezas a decir frases de madre
El día que escapa de tu boca el mítico «¿Pero tú te crees que soy el Banco de España?», ya está, te has convertido en madre. Da igual si no has parido, es la prueba definitiva. Dentro del repertorio entran: «Vas a llorar pero con razón» o «¿Si tus amigos se tiran por un puente, tú también?». Me declaro culpable de haberle dicho a mi chico «¿A qué voy yo y lo encuentro?» y cuando veo que lo tiene delante le suelto una de la cosecha personal de mi santa madre «Si es un lobo, te come.» #madresgallegas
Tu tarde ideal supone no salir de casa
Hace años los fines de semana empezaban a las 5 de la tarde un viernes y como mucho pasabas por casa a maquillarte y ponerte el modelito de discoteca. Nuestro único dilema era ¿Razz o Apolo? (Es que vivía en Barcelona). Volver antes de las 6 de la mañana era volver pronto. ¿Y el sábado? Repetimos, claro. Hasta que te conviertes en tu madre y los viernes ya son para sofá y manta y palomitas si no estás en plan comida sana. Si un sábado puedes darte un baño, ponerte una mascarilla en el pelo, hacerte la manicura y leer un buen libro en el sofá, eres la persona más feliz del mundo. #placeradulto
Nunca se te ocurriría salir de casa sin una rebequita
Atrás queda los tiempos en que salís en minifalda y sin medias, escote a lo Jennifer Lopez en los Grammy y sin chaqueta porque no te cabía en el bolso. No solo no sales de casa sin una chaqueta sino que le recuerdas al resto del mundo que deben hacerlo e insistes si crees que van demasiado desabrigados.
¿Alguien tiene que ir al baño?
Puede que al oír esta frase te acuerdes de tu profesora de primaria pero estamos segura que la frase original proviene de una madre. Y cuánta razón tenían. No hay nada más molesto que salir de una cafetería o de viaje y tener que volver a parar porque alguien tiene pis. En tus reuniones a lo Sexo en Nueva York con tus amigas, después de los cócteles, antes de volver a casa la pregunta final siempre es la misma. #alguientienequeiralbañoseguroqueno
Tienes una vajilla, un mantel y una cubertería para cuando vienen invitados
Eres tu madre y lo sabes. Nadie que solo pueda pagar Ikea y que coma el 80% de veces fuera de casa no llega a tal nivel de preparación. Si tienes todo ese equipamiento es que recibes, y mucho, en casa. Además, cenas de cuchillo y tenedor y cierto nivel de formalidad. #redecoratuvida
Tu casa está tan llena de comida que sobrevivirías a una hecatombe nuclear
Bueno, sobreviviríais tú y tu madre, que la tiene igual. Abras el armario que abras tienes comida y en tu congelador no cabe ni un alfiler. Eso de «No tenemos nada en la nevera, llama una pizza» ha pasado a la historia. #apocalipsezombie
Eres de ESAS personas que se despiden en las conversaciones de Whatsapp
«¿Quedamos mañana a las 18h? Un besito. Marta.» Querida Marta, si te tengo en mis contactos, sé quién eres, tu nombre sale en la parte superior del chat. Y seguramente volveremos a hablar dentro de 5 minutos. #atentamenteagnes
No entiendes Snapchat
Esta es la prueba definitiva e irrefutable de que te estás convirtiendo en tu madre. No entiendes dónde están tus seguidores y para qué sirve una red social donde no puedes guardar las fotos y volver a verlas una y otra vez. Hasta el momento lo entendías todo Facebook, Twitter, Instagram, pero Snapchat, te supera. Eso es para los jóvenes de hoy en día. #lukeyosoytumadre