Novios, follamigos, relación abierta, relación polisexual…¿Pero esto qué es? Surgen ya tantos tipos de relaciones que una termina confundida sí o sí.

Está claro que a las personas nos encanta etiquetar. Para bien o para mal, necesitamos nombre para todo, ya sea para catalogar hábitos, orientaciones sexuales, tipos de cuerpos (¿para qué tanta clasificación si todos son divinos de la muerte?) o tipos de relaciones.

Las costumbres y la historia nos ha contado el mismo cuento de lo que se supone que es una ‘’relación ideal’’: Chico conoce a chica, se gustan, salen juntos, se casan, tienen hijos. Fin. No hay fallos. No hay peleas. No hay segundas oportunidades. No hay opción para otras parejas. Porque TODOS sabemos que lo ideal es encontrar a tu media naranja, esa persona que complementa tu vida, que hace que tu existencia cobre sentido y que, en definitiva, no puedas vivir sin ella…¿¿Verdad??

¡Cuánto daño han hecho los cuentos de princesas! Nunca nos enseñaron que no necesitamos a nadie más que nosotros mismos para ser felices. Ni tampoco que ya nacemos siendo personas completas y autosuficientes. Ni que la compañía debe ser una opción y NUNCA una necesidad. (Cuántas relaciones y conductas tóxicas se habrían evitado…)

El ser humano es un ser complejo. Estamos llenos de sentimientos. Sentimientos complicados, variables y que no podemos controlar. Es por eso que la idea de ‘’relación sentimental’’ tradicional (la monógama) cada vez me cuadra menos.

Es completamente posible amar y desear mucho a una persona. Es posible tener una relación idílica con alguien. Alguien que te hace sentir mariposas en el estómago, te saca sonrisas y te deja el chichi contento. En definitiva, es el amor de tu vida. Estás pillada hasta arriba y se nota.

Pero entonces las cosas se complican. Porque por mucho que quieras a esa persona, no eres de piedra. Y podría ser que un día llegue otra persona que te haga sentir mariposas en la entrepierna. Que te despierte tus instintos más empotradores. Y entonces dudas. Te confundes. Te haces mil preguntas: ‘’¿Estará la monogamia hecha para mí?’’ ‘’¿Me vendría bien tener una relación abierta?’’ ‘’¿Soy una mala persona por desear a otra persona, aún queriendo a mi pareja?’’

Tenemos tan interiorizado el hecho de que solo se puede amar de verdad a una persona a la vez que nunca nos paramos a preguntar por qué tiene que ser así. ¿Acaso no es posible amar a más de una persona al mismo tiempo? ¿Quién dice que no es posible, tus sentimientos o lo que te han inculcado?

Todos estos problemas se solucionarían si dejásemos de etiquetar las relaciones. Nuestros sentimientos son tan complejos como nosotros en sí. En mi opinión, sería todo mucho más fácil y llevadero si no existiesen las relaciones de ‘’novios’’ como tal. Ojalá fuéramos solamente personas que se relacionan con personas. Con unas puedes mantener una bonita amistad, con otras, es posible que folles día sí y día también. Y habrá otras que te amen mucho, y tú las ames de la misma manera. O no. No habría novios, ni amantes, ni infidelidades…Solo habría personas que se relacionan con otras personas. Sin toxicidades ni explicaciones.

Mari Ángeles Utrera Martínez