El otro día tuve una revisión con un nuevo ginecólogo porque quería cambiar de método anticonceptivo. Todo iba bien hasta que el profesional me dice que mi vulva parece obstruida y que como prevención debería usar una crema hidratante. Como no entiendo lo que quiere decir con obstruida, vuelvo a preguntarle a qué se refiere. Me explica que tengo los genitales pequeños con pocos labios. Le contesto que mi vulva ha sido así siempre y que funciona perfectamente. A lo que añade ciertamente avergonzado que puede que tenga razón y venga así de fábrica y no me pase nada.
Salí de la consulta bastante indignada. Mi toto es precioso. Me encanta mi chirri. Pero lo único importante es que funciona perfectamente y nunca he tenido ninguna queja ni por mí, ni por ninguna de mis parejas.
El caso es que me pareció demencial que un profesional de la ginecología juzgase mi coño por la forma de mis labios. Todos los chirris son amor. Más grandes, más pequeños, con más o menos labios, más oscuros o más claritos. Los totos son como las personas, con formas, pliegues, texturas y colores. Todos ellos bellos y perfectos.
Creo que en la sexualidad femenina todavía tenemos mucho que hacer en cuanto a la expresión y exposición de nuestras vulvas. Estoy segura que (casi) todas hemos visto muchas más pollas en nuestras vidas que coños. Pollas que muchas veces ni siquiera hemos pedido ver, pero que están ahí, expuestas y normalizadas. Los chicos ven las pollas de sus amigos habitualmente, está claro que la fisionomía ayuda, pero es que nosotras no hemos visto las vulvas de nuestras amigas en la vida. Tampoco es que tengamos que enseñarnos el coño a la primera de cambio, pero creo que más naturalidad con los genitales femeninos ayudaría a que muchas niñas y mujeres se sintieran más cómodas, seguras y orgullosas con sus vulvas.
Al final de tu vida lo más probable es que solo conozcas tu toto (a no ser que seas lesbiana, entonces habrás visto los que te hayan apetecido) y los que hayas visto en el porno, que por lo general, suelen ser cortados por el mismo patrón: depilados, finos y con los labios muy pegados. Y esto no nos ayuda ni a nosotras ni ellos. Todos terminamos creyendo que los coños deben ser de una determinada manera y si no, tienes un problema y algo va mal allí abajo. ¡¡Esto no puede ser!!
Más chirris en el cine, en las series, en la publicidad, en la literatura y en nuestro entorno. Creo que haríamos un gran favor a las generaciones venideras tanto femeninas como masculinas.
