Como ya he dicho en algún post anterior y tal y como se puede apreciar en otros tantos, servidora tiene una discapacidad/ diversidad funcional. Más exactamente, voy en silla de ruedas desde que nací. Eso ha supuesto escuchar todo tipo de mitos y leyendas sobre mi propia sexualidad. Y no solamente lo dicen extraños de la calle que no te conocen de nada. A veces, te escuchas auténticas locuras de tu propio entorno.

Os voy a hacer una pequeña lista sobre esas creencias que, o bien te hacen reír, o bien te quitan las ganas incluso de intentarlo:

  • Las personas con discapacidad/ diversidad funcional son asexuadas: Vamos, que tenemos menos sexo que los ángeles. Resultado: poca o nula educación sexual, ningún apoyo a la hora de relacionarte sexualmente y recursos que no tienen en cuenta esta parte de tu vida.
  • Los cojos, con los cojos: Es decir, que si llego a follisquear, será con “los míos”. La gente sin discapacidad/ diversidad funcional son ese lobo feroz que me va a destrozar la vida o que ni siquiera se va a fijar en mí.
  • ¿Ese chico/a no tiene discapacidad/ diversidad funcional? Vamos, que está para “ayudarte”: Creo que lo de ayudarme a llegar al orgasmo o morirme del gustazo no entra en su idea de “ayuda”…
  • Tenemos sexo convencional: Espera, espera… ¿Usar un baño público accesible para el follisqueo cuenta como convencional? Creo que lo he hecho en una cama… ¿Una vez en toda mi vida? Tal y como lees, amiga…
  • Somos siempre “heteros”: A ver, toma asiento. Ahora coge aire y suelta despacito. Repite conmigo: se puede ser muy coja y muy LGTB y está todo bien. ¡Perfecto!
  • No tenemos fantasías sexuales: ¿Qué no tenemos fantasías? Aguántame el látigo…

Se puede ir en silla de ruedas. Y se puede ir en silla de ruedas y follisquear. Follisquear con tu colectivo, con personas “sin”, con gente de tu sexo o del sexo contrario, en un sitio público, en grupo, duro.  Se puede follisquear de tantas maneras como tus ganas y tu mente te permitan. Incluso con tu silla de ruedas.

Y puede que te falte un brazo o una pierna. O que convivas con una parálisis cerebral. Que en algún momento de tu vida te hayan trasplantado un órgano. Que no veas o que no oigas. Incluso que necesites aprender más poco a poco sobre educación sexual. Pero puedes follisquear. Es un derecho de toda persona. Que los miedos ajenos no te quiten el sexo.

@mia__sekhmet