Shrill significa estridente, cantoso, que llama la atención. Todas las personas que tenemos un cuerpo no normativo nos hemos sentido un poco shrill en algún momento. Todas hemos notado algunas miradas de desaprobación, recibido consejos terribles que nadie ha pedido, escuchado cuchicheos a nuestro paso y, sobre todo, todas hemos sentido que no encajábamos. Por eso Shrill es un nombre que resume de una forma maravillosa la vida de una gorda en esta sociedad que sigue buscando la uniformidad de cuerpos. Y también por eso Shrill es la serie del fucking momento (y ojalá hubiera existido mucho antes).

Hace unos días mi amadísima Mirella escribió este post recomendándonos la serie. Como yo casi siempre le hago caso (es una de mis gurús seriefilas de la vida) me puse manos a la obra en cuanto pude. Son seis capítulos muy cortitos, así que me la vi en un pispás, con los sentimientos a flor de piel todo el rato y hoy vengo a contaros todas las razones por las que TODAS deberíamos verla:

  • Pone sobre la mesa todas las vulnerabilidades que sufrimos/tenemos las mujeres con sobrepeso. Eso nos hace empatizar con la protagonista hasta límites insospechados porque habla de nuestras vidas y de cómo hemos ido forjando nuestras identidades.

  • Demuestra lo importante que es tener referentes fuera de la normatividad imperante y lo genial que es poder compartir nuestros miedos con otras personas con características parecidas a las nuestras para sentirnos menos solas y llegar a ver las cosas con cierta perspectiva.
  • Se centra en lo positivo del empoderamiento y en las formas en las que ese proceso va poco a poco viendo la luz pese a las vicisitudes. Al mismo tiempo también es algo crítica con ese mirarnos el ombligo del que pecamos muchas cuando empezamos a descubrirnos a nosotras mismas.
  • También señala que cuidar nuestra autoestima es fundamental para casi cualquier cosa (relaciones sociales, amorosas, laborales…) y eso, en el mundo en el que vivimos es BÁSICO para todo el mundo.
  • Trata problemas universales que se materializan cuando empezamos a madurar, porque la vida adulta no es nada fácil. También pone de manifiesto lo complicadas que son las relaciones materno-filiales y lo necesario que es ser capaces de ponernos en la piel del otro en algunas ocasiones.

  • Resulta que las personas gordas también follamos, tenemos historias más o menos afortunadas y somos absolutamente deseables (sexual y sentimentalmente hablando) por muchas razones.
  • Pese a ser una comedia no exagera nada cuando hace referencia a las actitudes gordófobas que tenemos que aguantar las personas gordas por el simple hecho de existir. Este punto es muy importante porque quizás sensibilice a otras personas que no sufren estas discriminaciones.
  • Es bastante inclusiva y eso siempre es bien. Hay personajes abiertamente homosexuales, personas racializadas, cuerpos de todos los tipos… eso sí, todos de clase media-alta.
  • La banda sonora es INCREÍBLE. O sea, es tan increíble que son todo temazos y hasta suenan Animal Collective (y yo desmayada, claro). Las casas también son increíbles y la ropa la bomba. Además uno de los capítulos es dirigido por Carrie Browstein y eso es simplemente MARAVILLA.
  • Sale el perrete más adorable del mundo y eso ya es un must total. Bonkers: ¡te quiero!

Y sí, como bien dijo Elena en Instagram después de verla: OJALÁ VIVIR EN UNA GORDICON CONSTANTE.