¿Te va mal en pareja, problemas económicos, movidas familiares, problemas de salud? A veces la vida es como estar en el supermercado. No importa en qué fila te pongas, los de la fila de al lado van a ir siempre más rápido que tú y notas como te vas quedando atrás.

La vida puede doler a veces hasta romperte y hacerte pequeñita. Hay mucha gente rota fingiendo que todo va genial, porque otra gente rota le enseñó que para sobrevivir tenía que disimular. Recuerda eso cada vez que sientas que no encajas en este mundo. No todos viven como te lo muestran.

Hay un demonio que se llama pena. Es el quinto demonio en el camino para obtener la condición de Buda. Es el demonio que entristece el alma y nos hace sentir que nada tiene sentido. Es un dolor que te usa, que te manipula y te gestiona a su antojo. Y hay otro tipo de dolor al que tú usas, del que aprendes, uno al que puedes dominar. Hoy vengo a hablarte del segundo.

A veces tenemos la sensación de que todo va mal y es imposible que las cosas mejoren. Que no nos pasan cosas buenas, porque no las buscamos. Estoy harta de la historia que nos venden de querer es poder. No perdona querer es querer. Y hay gente que quiere pero no puede. Y como no puedo, entonces ya soy una fracasada? ¿No valgo nada? ¿No merezco nada? El arte de no perder oportunidades se le llama buena suerte. Somos la suma de las circunstancias y nuestras decisiones. Nada tiene que ver lo que merecemos o queremos.

Y si la vida me da limones, no voy a resignarme con una limonada, bajar la cabeza y sumirme en un círculo de culpa y desesperación. Si no le encuentras el sentido a este dolor, dáselo tú. Esto no es un castigo. Te duele para que te muevas, te duele para que aprendas, para que busques, para que revises y para que gestiones. Te duele para que decidas, para que reclames, para que resucites y para que cambies. Donde más te cuesta, donde se repite lo mismo, donde la vida insiste en ponerte pruebas, es ahí donde vas a aprender. Es un buen momento para preguntarte quién eres, ahora que la respuesta ya no es la vida que vivías.

Voy a poder. Esa frase que es llave mágica. Sonrisa en la boca y hacha de guerra en la mirada. La calma del que sabe lo que no quiere. ¿Y si hoy empiezas de nuevo? ¿Y si te perdonas todas las veces que no funcionó antes? ¿Y si te animas a que hoy sea un buen día. Elígete tú primero. Y ya luego después ves con quién te compartes. Quiérete tanto que cuando alguien no te valore tengas los cojones de mandarlo a la mierda e irte de ahí para no volver.

Poco nos disculpamos con nosotros mismos para lo mal que llegamos a tratarnos algunas veces, aferrándonos a aquello que nos desgaste emocionalmente. Para mí paz es decir lo que siento, hacer lo que me gusta, perdonar, perdonarme y continuar. Me pierdo. Me encuentro. Voy donde quiero. Y me quedo si quiero. Ya no me tengo miedo.

 

@LuciaLodermann

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