Desde siempre nos han hecho ver que una mujer fuerte es aquella que mantiene una sonrisa en todo momento. Una mujer fuerte es aquella que no se ha derrumbado jamás y que no se deja afectar por lo que pasa a su alrededor. Que una mujer fuerte es esa que se ha elegido a sí misma cada vez que ha tenido la oportunidad. La mujer de hierro que no sufre por nada ni por nadie. Pero, ¿sabéis una cosa? Todo eso es una mentira barata que nos han vendido como verdad suprema y absoluta.

Hay que ser muy valiente para levantarse cada vez que recibimos un golpe, y es esa capacidad de superación la que nos hace increíblemente fuertes. Caminamos por la vida con el deseo de no sufrir, pero la realidad acecha cada pequeña acción que llevamos a cabo. Aprendemos a base de decepciones y corazones rotos, que la vida es algo más. Pensamos en tirar la toalla y renunciar a aquello que nos hace daño por miedo a sufrir o a estar solas, pero es en ese momento en el que debemos aferrarnos a ello con más fuerza.

De cada decepción comprendemos que no debemos dar nada por sentado, y de cada piedra en el camino, que el objetivo que nos hemos marcado merece muchísimo la pena. Entregamos nuestro corazón a quien nos trata como si fuésemos el ser más especial del mundo, sin comprender que solo buscábamos refugio.

Una mujer fuerte se convierte en invencible en el momento en el que se da cuenta de que es capaz de superar cualquier cosa por sí misma. Y, damos miedo. Somos difíciles de descifrar para aquellos que nunca se han topado con alguien capaz de curar sus propias heridas.

¿Qué buscamos entonces?

Buscamos ser nosotras mismas frente a cualquiera. Buscamos ser respetadas, admiradas y amadas con todos nuestros defectos y virtudes. No aceptamos menos de lo que nos merecemos, y es ahí, cuando encontramos a esa persona capaz de darnos alas para que volemos aún más alto. Y no lo hace porque no podamos hacerlo solas, lo hace porque quiere disfrutar del vuelo a nuestro lado, admirando cada bocanada de aire que tomamos para impulsarnos a ser mejores. A ser la mejor versión de nosotras mismas.