¿Son fantasías sexuales o infidelidad emocional?

Mrs Ham escribió hace poco en la web que se consideraba adicta a la infidelidad emocional. Explicaba que se había enamorado de una compañera de trabajo y que le gustaba hablar con ella por WhatsApp en los ratos libres que les deja la rutina. Pero, en el mismo artículo, llegaba a la conclusión de que funciona a base de fantasías, que le ha servido de forma positiva en sus relaciones y que siempre se fija en chicas heterosexuales con las que no va a tener nada. 

A su vez, otra persona escribió en el foro que su novio se excitó viendo la televisión, en concreto, a una actriz que aparecía desnuda en una piscina. Y, en cuestión de minutos, buscó a su novia para tener sexo con ella. Cuando la chica preguntó la opinión de las usuarias, hubo comentarios del estilo:

“No creo que a él le gustase ver a su novia ponerse con otro tío y luego querer sexo con él”. 

“Tu novio es un marrano, fin. Pero tú aceptaste en su momento, así que supongo que no lo verías mal…”. 

Tras todo lo visto y leído hasta ahora en esta nuestra querida web, quería compartir una reflexión. No creo que estemos diferenciando bien entre fantasías sexuales e infidelidad emocional, así que aporto mi granito a partir de lo que he aprendido en terapia y lo que he leído al respecto. 

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  • Fantasías: inevitables pero condenadas

Puede que sea la moral cristiana la que nos lleva a condenar las fantasías y a establecerlas como algo a evitar. Se nos ha repetido hasta la saciedad lo de “No tendrás pensamientos ni deseos impuros”, lo que es bastante discutible. Cuando se lleva al plano de la pareja provoca culpa, como si a largo de una relación no fuera posible que te gustara o te excitara una tercera persona. Asumir que sí y aprender a poner límites es lo más sensato. 

Las fantasías sexuales no tienen nada de malo, como explica la psicóloga Susan Krauss en este artículo. “La mente racional sabe que tener una fantasía y actuar sobre ella no es lo mismo”, dice. Mrs. Ham sabe controlar ese impulso, luego no está cometiendo ninguna infidelidad emocional. Puedes imaginarte teniendo sexo con otra persona, incluso cuando la mente irracional se empeñe en infundirte miedo por considerar que te estás abriendo a esa posibilidad. 

Las fantasías de infidelidad pueden tener muchos recorridos. Tenerlas con un chulazo o una tiarrona que ves en pantalla es funcional, en mi opinión. Sirven para mantener el deseo y permiten imaginar posturas y juegos con ese cuerpo que te excita. Puedes practicarlo con tu chico/a, dentro del sentido común y el consentimiento, luego pueden ser muy beneficiosas para la vida sexual de la pareja

Imaginemos que veo una escena de sexo en la que una chica se sienta sobre la cara de un tío, y me excitan tanto él como ella. Puede que la haya visto sola, que la haya visto mi novio solo o que la hayamos visto juntos, pero después experimentamos a partir de ahí. ¿Cómo va a ser eso infidelidad emocional?

  • Lo que sí es infidelidad emocional

Ya digo que las fantasías de infidelidad pueden tener muchos caminos, de manera que a veces no se quedan solo en fantasías funcionales e inevitables. Pueden convertirse en infidelidad emocional, e incluso carnal. 

Yo he sido infiel emocionalmente. No me siento orgullosa, como os podéis imaginar, pero sirve para ilustrar lo que digo. Hubo un tiempo en el que me sentí atraída por otra persona con la que tuve alguna que otra conversación subida de tono. Él dejó caer su deseo de follar conmigo y yo no le puse límites. Nunca supe si lo estaba diciendo en serio, pero yo llegué a plantearme la posibilidad. 

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Cuando la situación era insostenible, pedí ayuda a mi pareja e identificamos los problemas que podía haber de fondo. Que eran el estancamiento de nuestra relación y mi necesidad de buscar ayuda profesional, pues debía aprender a gestionar emocionalmente una serie de situaciones que estaba viviendo. Eran ajenas a lo sexoafectivo, pero me estaban afectando en todos los planos de la vida, también en mi relación. Afortunadamente, el conflicto se resolvió bien y no he vuelto a cometer más errores de ese tipo. 

Está claro que no actué bien, pero saberlo y sentir que había tocado fondo fue el acicate definitivo para iniciar cambios. Sin embargo, me niego a creer que soy infiel emocionalmente cuando me toco pensando en Henry Cavill o en el vecino de abajo. Otra cosa sería que me tirarse a mi novio pensando en alguno de ellos, hasta el punto de estar desconectada emocionalmente de mi chico durante el acto. En ese caso, creo que sí habría que analizar algún problema de fondo.

En resumen: las fantasías no tienen nada de malo si tienes bastante madurez como para controlar el impulso de llevarlas a término, y entender que solo son fantasías. Es más, pueden ser saludables para la pareja. La infidelidad emocional se produce cuando se llega a exceder ciertos límites que contravienen los términos de la relación monógama. Con mente abierta y buena comunicación debería quedar clara la diferencia en el seno de la pareja. 

Azahara Abril