Soy adicta a la infidelidad emocional.

 

Hace tiempo, durante mi última relación de pareja y charlando con una amiga sobre nuestras cosas en la terraza de un bar, le explicaba lo maravillosa que era “fulana de tal…”, cómo me alegraba las mañanas con sus “buenos días” por whatsapp y las tonterías que nos contábamos entre ratos libres del curro. Además de todo eso y sin darme cuenta, hacía énfasis en cómo congeniábamos cuando hablábamos de nuestros problemas y otros asuntos personales.

Mi amiga me cortó un poco y me soltó un “Tía ¡parece que estés enamorada de ella!” y la verdad es que no le faltaba razón e incluso eso era algo que me había pasado más de una vez estando en pareja. Es decir, que sí, que sentía enamoramiento y además había llegado a pensar en cosas más íntimas con esa persona pero obviamente lo tenía por imposible y en ningún momento había pensado materializar nada de lo que pudiera haber en mi cabeza.

Por increíble que parezca después de todo lo que escrito, yo quería muchísimo a mi pareja de entonces. Fue entonces cuando escuché por primera vez las palabras “infidelidad emocional” por boca de la explicación de mi amiga y unos cuantos enlaces que estuvimos buscando por Internet desde el móvil. Lo que me sorprendió fue leer que ese estado o infidelidad era algo realmente preocupante que podía marcar el declive y punto de no retorno de una relación. ¿Cómo podía ser algo así?

Yo, que había pasado más de una vez por esas situaciones, jamás había cortado la relación. Tampoco le había contando nunca a mis parejas que ese tipo de cosas se me pasaban por la cabeza. Vamos, no soy tonta y explicar algo así es motivo para liarla bien fuerte. Incluso mis rupturas habían venido por situaciones muy dispares en las que yo había llevado un duelo considerable.

Llegué a pensar que yo soy así y que quizás, la infidelidad emocional no es un bache desastroso para todas las relaciones.

Funciono a base de fantasías, para bien o para mal y tener un enamoramiento de este tipo creo que incluso me ha servido positivamente en mis relaciones ya que al final, a pesar de todo lo sentido, siempre me acabo dando cuenta de lo importante que es mi pareja y todo lo que me aporta en comparación con el resto de personas que pasan por mi vida.

Mi amiga apuntó que puede que esto sea así porque mis fijaciones son con chicas heterosexuales con las que sé seguro que jamás voy a tener algo y que por eso, tal vez, le doy a mi mente esta licencia para ir mas allá con el pensamiento. En todo caso, no niego que este tipo de infidelidad pueda ser un desastre para muchas parejas. Para mi no lo es y puede que no sea la única persona. Es más, siempre he pensado que a mis ex parejas les pudo suceder lo mismo pero que por respeto o por lo que fuera, jamás me lo contaron.

Siempre hemos de ser sinceras, sí, pero también hay cosillas que una puede guardarse sin que pase nada.

 

Mrs Ham.