Sobre las gordas pesan muchas más cosas que nuestros kilos de más, y muchas de ellas son los puñeteros estreotipos de gorda, de los cuales vengo a hablar hoy, porque me tienen hasta el mismísimo flotador. Me cabrea mucho que la gente siga creyendo a pies juntillas todos estos prejuicios, sobre las gordas en particular, y además se indignen si no cumples con ellos, porque esperaban eso de ti, manda cojones. Así que aquí va una pequeña lista de todos esas ideas preconcebidas sobre las gordas que, ni son verdad, ni tienen por qué serlo, ni vamos a serlo para que ellos se sientan más cómodos y acepten nuestra gordura:

– Soy una gorda, pero eso no significa que sea súper simpática y graciosa. Esta es una de las cosas que, como decía antes, cuando no es así la gente se mosquea muchísimo. En plan ‘encima de gorda eres una antipática’, y parece que no tenemos derecho ni a tener un mal día o, simplemente, a ser como nos salga del Realísimo. Y gran parte de la culpa de que la gente piense así la tiene el cine, la televisión, las series, etc., que toda la vida han mostrado a la gente gorda como los graciosos del grupo, los amigos fieles de los protagonistas, los adorables ositos de peluche que, ya que están gordos y eso es algo horrible, al menos te ríes, ¿no? Pues no, no somos monos de feria, somos PERSONAS, y tenemos múltiples personalidades que van más allá de cuánto marca la báscula, a ver si os enteráis.

– Soy gorda, pero eso no significa que folle mejor. Esta es otra de esas extendidíiiiisimas creencias, y probablemente la que más odie, ya que se ha dicho siempre que las gordas follamos mejor porque estamos más desesperadas. JA-JA-JA-JA, ¡cuántos y cuántas se echan las manos a la cabeza al saber que follo muchísimo más que ellos/as y que lo hago cuando quiera y con quien yo elija! Para mucha gente esto, simplemente, es impensable, y cuando veo gente así sólo quiero escupirles encima con flemas verdes y todo, por subnormales.

– Soy gorda, no tu inspiración fitness. No soy esa imagen que pegas en la nevera mientras te tomas tu rancio batido de Herbalife y dices ‘tengo que seguir bebiendo esta basura llena de químicos y mierda para no ponerme tan gorda como esta chica’. Soy una persona, con sentimientos y sensaciones y personalidad, igual que tú, y si te crees superior porque tú tienes un six-pack y yo un one-mondongo-pack, estás muy equivocada, cariño, y probablemente debas empezar a ejercitar un poco otras cosas, como la mente, y eso.

– Soy gorda, no necesariamente guapa de cara. No tenemos por qué ser guapas de cara todas las gordas. Tampoco tenemos por qué tener tetonas o culos enormes. Hay de todo, igual que hay delgados de todos los tipos. Empecemos desde YA a romper los cánones sobre lo que es bonito y lo que no, porque si realmente piensas que los únicos cuerpos válidos son los de David Gandy o Gisele, te digo ya que el 90% de la población nos vamos a tomar por culo, y vosotros incluidos, flacos o no.

– Soy gorda, pero no tengo por qué vestir de una determinada manera. Mucha gente cree que todas las gordas deberían ir con ropa ajustada y en colores oscuros, supuestamente para disimular nuestra gordura. Pero resulta que a mí me gusta más un estampado colorido que comer hamburguesas, y a mi amiga Pepi le encanta ir holgada porque está mucho más cómoda, aunque le haga parecer 3 veces más gorda. Porque todo eso, queridas, DA IGUAL. Que podemos vestir como nos salga del mismísimo potorrito, y que absolutamente nadie nos venga a decir cómo y cómo no tenemos que hacerlo.

– Soy gorda, pero no significa que sueñe con estar delgada. Hay un hashtag en Instagram que me encanta y es #Ihave99problemsbutmyfataintone, que significa: ‘Tengo 99 problemas pero mi gordura no es uno de ellos’. Y esto es algo que a la gente le cuesta muchíiiiisimo entender, pero pasa, señores, pasa que para muchas gordas nuestras prioridades son mil cosas más que adelgazar. Que nuestra vida hace tiempo dejó de girar en torno a las calorías y a las ensaladas 24/7, y decidimos vivir nuestra existencia de la mejor manera posible, buscando nuestra felicidad, centrándonos más en estar sanas que en sólo estar delgadas, y resulta que nos va de putísima madre. ¿Envidia, quizá?

Podría seguir, está claro, porque la lista es larguísima, pero de momento vamos a ir luchando poco a poco por seguir rompiendo esquemas a la peña, que es como el deporte más divertido del mundo, te pone de un buen humor que flipas y te da una satisfacción que no tenéis ni idea, ¡¡así que os lo recomiendo 100%!! ¡Y que vivan y dejen vivir!